La poesía: expresión del alma
Por: Lorena Rubiano Fajardo
Cuanto más transparente es la escritura, más se ve la poesía. Gabriel García Márquez
El alma del poeta es un alma pura, sin odios ni rencores, que se expresa cuando el espíritu necesita enviar un mensaje de amor.
Después de muchos siglos de evolución y de expresarse con señas y gestos, en buena hora nacieron la palabra y el lenguaje, necesarios para que el hombre se comunicara y el alma se expresara, haciéndonos razonar, así como despertar profundos y bellos sentimientos.
Gracias a esa sublime combinación que el poeta hace de palabras afloran profundos pensamientos y hermosas reacciones. El poeta habla y escribe y el alma escucha y sonríe.
Gracias a esos artistas en la combinación de palabras, se logra el efecto de moldear lo más profundo de la sensibilidad humana y hacen que afloren la sensibilidad y sentimientos recónditos de la espiritualidad.
En alguna ocasión, en mi temprana edad escolar, brotó de mi corazón la vena poética y de mi colegio de mi Togüí del alma me llevaron a Tunja para declamar, en plena plaza de Bolívar, ante miles de espectadores, las más hermosas poesías costumbristas del poeta de mi tierra boyacense, el maestro Rómulo Augusto Mora Sáenz, más conocido como el Indio Rómulo, a quien le rindo un sentido homenaje.
Y después tuve mis escarceos literarios y escribí mis primeros poemas que deben dormir en los anaqueles de mi biblioteca en la casa de Clarita, mi madre. Pero debo reconocer que escribir poesía nos hace elevar el espíritu, sensibilizar el alma y hace aflorar sentimientos profundos.
Si nuestros conciudadanos leyeran, declamaran, escucharan y convivieran más con la poesía, serian mejores seres humanos.
Los poetas son seres muy especiales, levitan sobre sus poemas, a través de los cuales envían mensajes de amor a la humanidad interpretando y plasmando en forma especial, la realidad de la vida.
Tuve la oportunidad de escuchar, hablar y compartir minutos de regocijo en Cali con J. Mario Arbeláez, brillante e inteligente poeta nadaísta. ¡Qué manera de expresarse, combinando magistralmente las palabras!
Y que honor conocer y poder compartir minutos con otro gran intelectual, escritor y poeta tolimense, Edgardo Ramírez Polanía, miembro de la Asociación de Escritores de Miami y Miembro de la Unión de Escritores de Colombia, UNE.
Y como homenaje a las mujeres poetas colombianas menciono algunas entre miles: la barranquillera Meira Delmar, la inolvidable María Mercedes Carranza, Helena Ospina, Olga Elena Mattei y Piedad Bonnett quien escribió éste, Las cicatrices:
No hay cicatriz, por brutal que parezca,
que no encierre belleza.
Una historia puntual se cuenta en ella,
algún dolor. Pero también su fin.
Las cicatrices, pues, son las costuras de la memoria,
y Maruja Vieira de quien recuerdo un poema muy especial:
Siempre regresas.
Para ti no hay tiempo
ni tiene oscuros límites la tierra.
Siempre vuelves.
Y siempre estoy aquí, esperando tus manos,
llenándome de sueños como de lluvia un árbol.
No hay nada diferente. Todo es igual y puro
cuando vuelves.