Hasta siempre Querido Augusto
Gustavo Castro Caycedo
Se fue Augusto Calderón Díaz, a quien debo mi transición de ejecutivo de la IBM al periodismo; él me dio ejemplo de rectitud, fue mi gran modelo profesional y de vida; y me enseñó el oficio.
Pero no solo le debo eso, también lo más importante, su valiosa amistad y la de nuestras familias que incluyó a su gran esposa Isabel, y a sus hijos.
También conté con su vital respaldo a mis iniciativas extra periodísticas, que para otras personas eran “locuras”, no para él, porque él no conocía la palabra imposible.
Sin su apoyo no hubiera podido realizar el Box broma, el Circuito de los 100, el Show de shows, el Encuentro Colombo Venezolano de la frontera, y la traída de Muhammed Alí a Colombia, todas para apoyar obras sociales, porque Augusto tenía una gran sensibilidad humana.
En tres de ellos, pero muy especialmente en este último “imposible”, otros dos de sus alumnos, Germán Manga y la opita también, Margarita Suárez, gran amiga y pupila suya y su esposo Jorge, fueron fundamentales. El y ellos fuimos equipo
Augusto, nuestro Maestro, (con mayúscula), nos formó en la ética y la responsabilidad periodística’
Con Augusto, ellos y Guillermo Cortés fundamos la Revista Hit, que fue exitosa.
Pero más allá de esa relación de colegas, disfruté una enriquecedora amistad familiar con el entrañable y hoy añorado Augusto.
Un abrazo solidario a Isabel y a sus hijos, con quienes Augusto Calderón Díaz construyó un hogar ejemplar; es mi elemental pero sincero homenaje a la memoria de ese gran Maestro honesto, amable, franco, creativo y profesional a quien tanto debo.