miércoles diciembre 18 de 2024

La conflictiva naturaleza de la panacea

24 junio, 2023 Opinión

Juan Manuel Galán

De acuerdo con el diccionario de la RAE, la voz panacea significa ’medicamento a que se atribuye eficacia para curar diversas enfermedades’. Cuando la misma obra define el término marihuana, indicando que ‘tiene propiedades estupefacientes o terapéuticas’, denota parte de sus beneficios medicinales justo después del elemento negativo de la definición. Los estupefacientes son ‘estimulantes, deprimentes, narcóticos o alucinógenos.

La marihuana tiene entonces una conflictiva naturaleza. Hoy sabemos que los efectos terapéuticos del cannabis no son solo la conclusión empírica de sus consumidores, y que su regulación en Colorado, California, Massachusetts, Países Bajos e Israel no condujo a la peor crisis de salud pública de la historia. En consecuencia, sus detractores habían exagerado desde la década de 1960 al incluir a la marihuana entre las peores sustancias estupefacientes.

También debe reconocerse que el abuso del uso recreativo de la marihuana no es un hábito saludable, y que el mercado regulado aumentará el acceso a la sustancia. Así sucede con el tabaco y el alcohol, sin que la ciencia les haya reconocido de forma generalizada efectos medicinales. Sin embargo, estas contingencias deben preverse y mitigarse ante la propuesta de una legislación más permisiva.

Fui autor y ponente de la Ley 1787 de 2016, que crea el marco regulatorio para el acceso seguro e informado al uso médico y científico del cannabis y sus derivados. A diferencia de las legislaciones europeas y estadounidenses, lugares en los que se viven los efectos menos violentos del narcotráfico, el objetivo en Colombia era que terminara la fracasada, corrupta y costosa guerra contra las drogas. Se trata de una deuda histórica del conservadurismo internacional, liderado inicialmente por Richard Nixon, con América Latina.

El cambio de enfoque consiste en dar prioridad a los consumidores y a las comunidades víctimas de la violencia: mitigar la enfermedad con calidad y detener el sufrimiento con legalidad. Por tanto, esperamos que el proyecto de reforma constitucional del cannabis, que habría autorizado su uso adulto, sea presentado y aprobado en las próximas legislaturas.

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