martes julio 16 de 2024

Así se va desacelerando la economía durante este año

13 julio, 2023 Económicas

Bogotá, 13 julio, 2023_RAM_En una mirada retrospectiva de lo que fue el comportamiento de la economía del primer semestre, se muestra cómo indicadores líderes comenzaron a aflojar y otros a mejorar.

Desciende el crecimiento ante factores como menor producción industrial, bajo consumo, ventas del comercio negativas y declive de las exportaciones y las importaciones, pero hay factores positivos como la caída del desempleo, la menor inflación, menores intereses, mejora de la inversión extranjera y se abren más oportunidades en esta segunda parte del año.

Para los investigadores del Bancolombia, por ejemplo, las últimas cifras de los indicadores líderes reafirmaron la fase de desaceleración en que se encuentra la economía como resultado del debilitamiento de la demanda interna. El NowCast Bancolombia reveló que la economía habría moderado su ritmo de crecimiento anual hasta 0,5% en el promedio de entre abril y junio, como consecuencia del deterioro en la demanda privada interna ante el retroceso del consumo.

Por su parte, las exportaciones prolongaron su deterioro al ubicarse de nuevo en terreno contractivo, tras caer 2,8% anual frente al mismo período de 2022. Este balance estuvo liderado por caídas en los ingresos provenientes de la venta de café (-7,9% anual) y petróleo (-34,1% anual). Por su parte, el balance positivo lo otorgó el carbón, con un importante repunte (+69,6% anual) junto con el avance de la canasta de productos no tradicionales (+7,7% anual).

Entre tanto, a pesar del deterioro en los ocupados, el mercado laboral registró una menor tasa de desempleo en mayo. En efecto, la tasa de desempleo cayó 0,15% frente a abril al reducirse hasta 10,5%. En concreto, el desempleo disminuyó como resultado de una salida de personas del mercado laboral más que proporcional que la reducción de la cantidad de ocupados.

Por último, la confianza de los hogares se mantiene en terreno pesimista. Este sentimiento negativo sería consecuencia de una percepción menos favorable respecto a la situación económica vigente y futura, tanto de la economía como de los propios hogares.

Inflación y tasas de interés

Por otra parte, la Junta Directiva del Banco de la República mantuvo inalterada la tasa de intervención en 13,25%, tal que fue la primera decisión de estabilidad. A diferencia de la reunión anterior, la decisión se dio por unanimidad, lo que denota una buena coordinación de la visión de la postura monetaria por parte de la Junta.

Ahora en junio se presentó el descenso por segundo mes consecutivo de la inflación y sus expectativas fueron la principal razón para no abogar por más aumentos. Sin embargo, el Emisor fue contundente en reafirmar su preocupación sobre la persistencia de los elevados registros de inflación del componente básico y de regulados, que aún no alcanzan su techo, lo que representa una amenaza para la convergencia de la inflación total a la meta del 3%.

Por otro lado, el DANE reportó que el IPC presentó una variación mensual de 0,30% en junio.

La inflación mensual de alimentos fue 58 puntos inferior a la esperada, a raíz de otro retroceso de los precios de los perecederos y la primera contracción mensual de los procesados en el año. En cuanto al rubro básico –sin alimentos–, su inflación mensual fue moderada incluso más acentuada de lo que se preveía en los servicios y los regulados.

Con una inflación de cierre de año de 6,5% para alimentos y básica alrededor de 9,6%, los analistas consideran que “prevemos que la inflación finalizaría 2023 en 9%. Para 2024, la expectativa de cierre es de 5,3% ante un inminente Fenómeno de El Niño”.

Inflación de alimentos

Desde enero del presente año, el único rubro del IPC que ha mostrado una tendencia consistente a la baja en su variación anual ha sido el de alimentos. No obstante, en la coyuntura actual existen varios factores que limitarían una corrección tan acelerada como la del período 2016-2017.

En esta oportunidad, parece inminente Fenómeno de ‘El Niño’, que tendría una incidencia moderada. Por otra parte, se viene aumentando el precio de la gasolina corriente y, por último, en noviembre entrarán en vigencia los impuestos saludables aprobados en la reforma tributaria del año pasado.

“Para analizar cada uno de los choques, actualizamos nuestros ejercicios econométricos de proyección de inflación de alimentos y encontramos que, en un escenario sin anomalías climáticas, aumentos en el precio de la gasolina corriente, ni impuestos saludables, la inflación de alimentos podría cerrar 2023 en 3%. Al incorporar todos los choques antes mencionados, entre tanto, la inflación de alimentos finalizaría 2023 en 6,5%”, señalan los analistas de la entidad financiera.

Tasa de cambio

El peso colombiano destacó como la moneda de mejor desempeño entre los principales pares regionales y acumuló una apreciación de 13,82% en lo corrido del año. De hecho, la tasa de cambio logró en junio consolidar su cotización por debajo de los $ 4.200, en niveles solo observados previo a los resultados de las elecciones presidenciales del año pasado, gracias a un contexto internacional favorable y una mejora en la percepción de riesgo país.

De hecho, a nivel internacional se evidenció una relativa calma en los mercados, que habría propiciado un renovado apetito por activos de riesgo. Por un lado, el temor por un impago de deuda por parte de EE. UU., fue disipado por completo gracias al acuerdo entre el Congreso y el Ejecutivo de este país, mientras el dólar a nivel global se debilitó ante la pausa en los ajustes de la tasa de interés por parte de la FED.

Entre tanto, en el contexto local, la percepción de riesgo país -medido por el spread del CDS a 5 años- registró una mejora mensual de 14,2%. Esta dinámica se explicaría en parte por las señales recientes de fortaleza institucional del país, además de una perspectiva prevalente respecto a que las reformas en trámite en el Congreso serán aprobadas en una versión que logre los objetivos sociales con un impacto moderado en la economía.

“Sin embargo, prevemos un rebote del dólar al cierre de año, con espacio hasta $ 4.420. Esto sería consistente con unas condiciones financieras globales menos favorables e incorpora la incidencia de los riesgos idiosincráticos que persistirán en adelante”, sostienen los investigadores.

El crecimiento

En el segundo trimestre de 2023, la actividad productiva se expandió a una tasa anual estimada de 0,5%. Esto es 0,1% menos que lo registrado en el trimestre móvil terminado en mayo (0,6%, revisado desde 1,2%). Así pues, continúa el proceso de moderación del crecimiento de la economía.

Mientras tanto, la serie ajustada por efecto estacional muestra que, luego de la caída evidente en abril, la economía registró un avance mensual de 1,7% en mayo. No obstante, en junio se registró un nuevo retroceso, pero de menor magnitud (0,6%).

Durante el segundo trimestre, los sectores que mostraron avances fueron agricultura, administración pública, servicios públicos, recreación y comunicaciones. Por su parte, los signos de debilitamiento se concentraron en comercio, servicios profesionales e industria, al expandirse a tasas inferiores frente al mes anterior. Finalmente, la construcción se mantiene en terreno contractivo al igual que la minería.

Las proyecciones de variación del PIB para el segundo trimestre arrojan un 0,5% anual, cifra inferior a la expectativa promedio de los analistas (0,9%). Esta señal representa un riesgo a la baja frente a la actual previsión de crecimiento para este período (0,8%).

Los riesgos del Marco Fiscal de Mediano Plazo

Para los investigadores del Bancolombia, “los supuestos macroeconómicos de 2023 y 2024 son muy razonables, ya que lucen acordes a las expectativas del mercado y los riesgos que se vislumbran en el panorama. Por su parte, la propuesta de cuentas fiscales y plan financiero para 2023 es acorde a lo que vienen apuntando las tendencias recientes: un riesgo bajo para el balance fiscal de este año estaría en la estimación del pago de intereses, mientras se toma ventaja del contexto financiero benévolo para prefinanciar las necesidades de 2024”.

Entre tanto, la propuesta del próximo año se enfrenta a un riesgo mayor: una elevada expectativa de obtener recursos de fuentes que se podrían considerar altamente impredecibles (litigios y lucha contra la evasión fiscal). En el mediano plazo, la propuesta de gasto permanente es acorde con los objetivos sociales, mientras habrá riesgos en la elevada expectativa de ingreso tributario de equilibrio y en la posibilidad del gasto en intereses de regresar a registros muy inferiores a los de los últimos años.

Share Button