domingo noviembre 17 de 2024

La pesada actualidad

17 diciembre, 2023 Opinión Andrés Hoyos

Andrés Hoyos

Ciertos días agarro el control de la televisión y pronto lo vuelvo a poner en su sitio, sin encender el aparato para ver los noticieros internacionales, como era mi costumbre. ¿Por qué? Porque la actualidad se ha puesto cada vez más pesada.

A medio mundo de aquí, la tierra que al menos dos religiones consideraban santa hace milenios se ha convertido en un pantano de sangre y lo seguirá siendo por décadas. Lo que soy yo, no participo en el tire y afloje mediático, pues allá son malos los dos lados de conflicto, tanto el Estado de Israel, con su desprecio sanguinario de décadas por los palestinos, como los grupos radicales que manipulan de un modo u otro a este pueblo martirizado y hoy desorientado hacia los impresentables métodos del terrorismo. O sea, una catástrofe por medida doble.

A medio mundo de distancia las noticias actuales que provienen de Estados Unidos son descorazonadoras. No, no es seguro que Trump sea reelegido presidente en noviembre del año entrante, pero este desenlace, que sería un ejemplo devastador para el mundo, está muy lejos de poderse descartar.

Por su parte, Javier Miley se posesionó de presidente medio fantoche de Argentina. Los augurios allá son preocupantes, aunque uno todavía espera que impere algo de sensatez, tras los discursos incendiarios de la campaña. Sí, es indispensable poner coto a la voracidad de décadas de los peronistas, si bien eso no se puede hacer de cualquier manera. Esta bella y privilegiada tierra del sur ha oscilado entre lo malo y lo pésimo. La llamada “derecha” allá ha sido también una larga calamidad.

¿Y Guatemala se va a volver otra vez Guatepeor? De aquí al 14 de enero veremos si el exótico intento de golpe de Estado que quiere dar la Fiscalía, todo un contrasentido pues está llena de funcionarios indiciados internacionalmente, impide o no la posesión de Arévalo, quien arrasó en la 2ª vuelta electoral. Ojalá que no. Pese a que los golpistas desbaratan todo, va a ser muy difícil que algo así prospere en el actual ambiente internacional.

Y en el país del lado, Maduro, no contento con destruir la economía de Venezuela, ahora quiera arrastrar al país en una aventura estilo Putin y tomarse el Esequibo, para lo cual convocó a un referendo desquiciado, que sobre todo porque no consultó a la gente de Guyana, quienes lo sufrirían todo. Se pregunta uno si en Venezuela lo que faltan son recursos naturales y petróleo, después que el régimen despedazó a PDVSA, en su momento una de las mejores petroleras del mundo.

Y ya pasando a nuestro país, cuyo presidente insiste en aliar a Ecopetrol con la destrozada petrolera del vecino, aquí pasan a los trompicones la tal Reforma a la salud. ¿Un salto al vacío o una medida salvadora? Parece mucho más lo primero, pero ya veremos qué pasa. Mucho se argumenta que hay que parar la salud como negocio, cuando lo que puede pasar es lo contrario: que todo el que pueda pagar deba afiliarse a una prepagada y olvidarse del sistema público. Algo así favorece a las empresas dueñas de las aseguradoras. ¿Es la idea? Al parecer sí. Mientras, el ministro Guillermo Alfonso Jaramillo se ha dedicado a decir sandeces inexplicables sobre la ciencia de las vacunas. Por último, la única promesa de veras virtuosa del gobierno de Petro, legalizar la marihuana, está a punto de hundirse. ¿Por qué? Tal vez porque nunca fue prioridad, en medio de bodrios como la inconveniente e innecesaria reforma a la salud.

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