martes noviembre 26 de 2024

Adios, Fred Emiro

Fred Emiro Nuñez Cruz

Por Rodrigo Silva Vargas

Experiodista, aprendiz de Pachamama, del grupo de Los Nadie

Fred Emiro Núñez Cruz contaba, con su gracia característica, que el primer jefe que lo echó del puesto por tomatrago fue Rodrigo Silva Vargas. Ocurrió en Radio Garzón, donde tantos comenzamos en las lides de la onda sonora.

Un pariente de mi padre, Elías Vieda Falla, organizó una colecta en Radio Garzón, con Fernando Hurtado, para dar aguinaldo a los niños pobres. Quienes daban algún dinero hablaban por radio y unos pocos pesos que Teresa Cruz le dio para ese fin a su hijo Fred, sirvió para hacer conocer su sonora voz, que de inmediato fue elogiada por varios. Eso hizo que Fred consiguiera varios pesos una y otra vez para entregar y hablar y de paso consiguió su primer empleo.

Me embargó mucha tristeza su partida hacia la madre Tierra hoy. Sobre todo porque compartimos muchas vidas en la vida y creo que nos faltaron otras, entre ellas una visita a mi Reserva Chamachía, porque quería ser el primero de mis amigos en visitarnos en nuestra nueva morada en la montaña. Y estoy seguro que, de una manera u otra, irá a vernos pronto para seguir coleccionando anécdotas.

Fred Emiro, el sin tocayos, fue un hombre alegre que se ganaba muchas personas y algunas pagaron mal su bonhomía. Fue aventurado con las mujeres y creo que ese adjetivo le cuadraba en todas sus acepciones. En ese sentido, y en lo de tomatrago, tal vez parecido a mi hermano Omar, quien también había perdido la cuenta de los hijos que engendró.

A lo largo de los años, que empezamos por allá en Garzón, lo mismo que con Fernando Calderón España, siempre mantuvimos comunicación, juntos saboreamos vicisitudes, penurias, alegrías, vivencias… Y visiones del futuro que pronto dejaron de ser meras visiones.

Como aquella del mamagallista que le tomó el pelo a la vida y a la muerte y hasta a los riñones, en buena medida gracias a Claudia Ferro, su compañera y colega que terminaron haciendo a mi esposa Mayelly su comadre y a mí el cuasi compadre, como me decía.

Serían muchos los recuerdos. Con Fred y Fernando transmitiendo fútbol y ciclismo y hasta boxeo. Y en las noches de aventuras y uno que otro trago en nuestros comienzos en Bogotá, en los barrios Santa Bárbara centro o La Candelaria o Teusaquillo. Y de las veces que Fred se hacía el muerto. Y aquella que contaba muy a a sus íntimos, cuando llamó a Todelar haciéndose pasar por Álvaro Gómez Hurtado herido a bala el día en que fue secuestrado, y que no fue más que una broma pesada para hacer quedar mal a Edgar Artunduaga, quien lo acababa de echar de esa cadena. Quizá ahora los dos periodistas huilenses estén riéndose en la eternidad.

Cuasi compadre, adiós. Y te esperamos pronto en Chamachia.

  1. S. V.

Junio 9 de 2024, Santa Marta, Colombia.

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