lunes julio 15 de 2024

El renacimiento del Nuevo Liberalismo: la lucha histórica de un partido de ideas

06 julio, 2024 Opinión Juan Manuel Galán

Juan Manuel Galán

El Nuevo Liberalismo se fundó con el firme propósito de combatir la corrupción y el narcotráfico, dos males que han corroído las estructuras políticas tradicionales de Colombia por décadas, así como la transformación de la sociedad. Esta lucha no es solamente un tema del pasado; sigue siendo relevante hoy, cuando vemos que estos flagelos continúan afectando el desarrollo y la estabilidad del país. La fundación del Nuevo Liberalismo se cimentó en la necesidad de una política fundamentada en principios éticos y en una visión de futuro para Colombia.

La historia del Nuevo Liberalismo es, sin duda, una mezcla de logros y sacrificios. La lucha contra la corrupción y el narcotráfico ha tenido sus momentos de triunfo, pero también de tragedia. La figura de Luis Carlos Galán, cuyo asesinato fue perpetrado por el proyecto político del narcotráfico en complicidad con el Estado Colombiano, simboliza tanto el peligro como la nobleza de esta causa. Este magnicidio, junto al exterminio sistemático y masivo del partido, pavimentó el camino hacia la Constitución de 1991, un intento por reformar y renovar el sistema político colombiano. Esta Constitución fue una respuesta directa al ambiente de terror, frustración y desconfianza que prevalecía en el país y consagró buena parte de las ideas que promovió Galán.

Como partido de ideas, el Nuevo Liberalismo se ha destacado por su enfoque en la creación de un marco intelectual y político robusto. Entre 1981 y 1991, el partido, luego convertido en fundación, redactó 40 documentos destinados a transformar la sociedad colombiana. Estos textos no fueron simples escritos políticos; representaron un esfuerzo académico serio y un compromiso con un reformismo liberal que buscaba la justicia social. Estos documentos sirvieron de base para un debate pluralista que enriqueció el panorama político colombiano y culminó con la promulgación de la Constitución de 1991.

Sin embargo, a pesar de sus aportes significativos, el Nuevo Liberalismo fue ruidosamente silenciado durante tres décadas. Desde 1991 hasta 2021, cuando recuperó su personería jurídica, el partido desapareció del escenario político nacional. Este periodo de silencio fue particularmente notable dado el contexto de desarrollo jurisprudencial que experimentó la Constitución de 1991, principalmente a través de la Corte Constitucional y los jueces de tutela. Estos actores fueron esenciales para la implementación y defensa de los derechos consagrados en la Constitución, en un esfuerzo continuo por fortalecer la democracia y el Estado de derecho en Colombia.

Hoy, el Nuevo Liberalismo se posiciona nuevamente como uno de los partidos de mayor crecimiento y credibilidad. Su resurgimiento no es simplemente un regreso a la arena política, sino una oportunidad para revitalizar el debate sobre la visión de país. En un mundo donde el autoritarismo parece ganar terreno, el fortalecimiento de los partidos políticos es esencial para ofrecer a la ciudadanía opciones claras y fundamentadas sobre el rumbo de la nación. La democracia sólo puede prevalecer sobre el autoritarismo si los partidos políticos son capaces de articular y defender visiones coherentes para el futuro del país.

Entre las actividades que se desarrollarán este año, varias de las cuales dejarán sorprendida a la opinión pública, se encuentra el foro Desafíos y perspectivas del deporte colombiano. En este evento, se hará un diagnóstico del sector del deporte para que un grupo de experimentados panelistas discuta las propuestas necesarias para reformarlo. El deporte es un derecho que le abre las puertas a los jóvenes para construir un proyecto de vida construido sobre la disciplina y los valores de sana competencia que se inculcan en las ligas de todo el país. Este foro, dirigido a nuestros militantes, tendrá lugar el próximo martes.

El Nuevo Liberalismo no es simplemente un actor más en el escenario político colombiano; es un símbolo de democracia, no violencia, resistencia y esperanza. Su historia está marcada por un compromiso con la justicia, y su resurgimiento ofrece una oportunidad para renovar el diálogo democrático en Colombia. «Porque nosotros no buscamos unas curules; nuestra ambición es mayor, mucho mayor… nosotros buscamos una nueva sociedad».

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