martes febrero 25 de 2025

San José Gregorio Hernández, el servidor

En medio de la enfermedad del Papa Francisco, se ha dado a conocer el 25 de febrero de 2025 la noticia esperada por muchos, la canonización del Beato José Gregorio Hernández Cisneros, tras la audiencia concedida en el Hospital Policlínico Gemelli,

Por: Hernán Alejandro Olano García

Doctor en Derecho Canónico- Miembro de las Academias de Historia Eclesiástica de Colombia, Bogotá y Boyacá.

En medio de la enfermedad del Papa Francisco, se ha dado a conocer el 25 de febrero de 2025 la noticia esperada por muchos, la canonización del Beato José Gregorio Hernández Cisneros, tras la audiencia concedida en el Hospital Policlínico Gemelli, donde se encuentra internado, al Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de la Santa Sede, y a Monseñor Edgar Peña Parra, Sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado.

Francisco aprobó los votos favorables de la Sesión Ordinaria de los Padres Cardenales y Obispos miembros del Dicasterio para las Causas de los Santos para esta canonización de este integrante de la Orden Franciscana Seglar, OFS, conocido como «el médico de los pobres», quien murió atropellado en Caracas en el año 1919. El Doctor Hernández cayó golpeándose la cabeza contra el filo de la acera, lo que ocasionó una fractura en el cráneo. Desde su fallecimiento, se ha ganado su halo de santidad tanto en Venezuela como en Colombia por su labor en pro de los más desfavorecidos y sus reivindicaciones para reclamar más atención de los gobiernos.

Hernández había entrado en la Cartuja de Farneta (Lucca), pero por motivos de salud, tuvo que abandonarla a los nueve meses y regresó a Caracas. Posteriormente, comenzó a prepararse para el sacerdocio, pero, mientras estaba en el Colegio Pío Latino Americano de Roma, le sobrevino una pleuresía y un principio de tuberculosis. De vuelta a sus tierras, se dedicó definitivamente a la medicina.

El cardenal Pietro Parolín, secretario de Estado del Vaticano y antiguo nuncio apostólico en Venezuela, presidió en 2021 la ceremonia de beatificación el 30 de abril en el Estadio Universitario de la Universidad Central de Venezuela, en Caracas, casa de estudios en la que el doctor Hernández se graduó, fue profesor, investigador e innovador de la medicina en Venezuela. Además, se fijó el 26 de octubre, fecha del nacimiento del médico, como su día de celebración dentro de la religión católica, es decir, la inclusión de su nombre en el santoral de la Iglesia.

Previamente, en 1986, San Juan Pablo II reconoció las virtudes heroicas del venezolano y lo declaró «venerable»; luego vino el paso de la beatificación, que fue aprobada por la Sagrada Congregación para las Causas de los Santos, con decreto del papa Francisco el 19 de junio de 2020, luego de que una comisión teológica de expertos concluye que un milagro del médico venezolano salvó la vida de una niña de 10 años, gravemente herida durante un asalto en marzo de 2017 y, ahora, el milagro para la canonización en 2025.

La postuladora de la causa ha sido la abogada argentina que ahora tiene como meta llevar a los altares al sacerdote colombiano Rafael García-Herreros, fundador de la Organización Minuto de Dios y miembro de la comunidad Eudista.

Hernández fue autor de trece ensayos científicos sobre diversas disciplinas, reconocidos por la Academia Nacional de la Medicina, de la cual fue uno de sus fundadores, lo cual llevó a que se expresara que: «Su faceta religiosa con todo lo encomiable que sea considerada en el plano místico, no debe opacar el inmenso aporte que realizó a la ciencia médica venezolana», como lo ha reseñado en la biografía que el maestro Antonio Cacua Prada ha preparado para la beatificación y que ya se encuentra en prensa.

Para el arzobispo de Caracas, en relación con la canonización, “Su legado perdura en el corazón de quienes lo veneran y de quienes han recibido los milagros de Dios bajo su intercesión. José Gregorio Hernández es un santo para nuestro tiempo, un modelo de laico cristiano que nos invita a vivir la fe con alegría y compromiso, y a poner al servicio de los demás nuestros talentos y capacidades.”

La noticia de esta canonización permite que bajo la intercesión del nuevo santo, el médico Hernández, concluye el capítulo de exaltación de su título por el imaginario popular, que le atribuye numerosos milagros médicos, puedo testimoniar que operó a mi abuelo paterno y, que, en Tunja, en la casa de mis vecinos, José Gregorio Hernández se presentó varias veces a realizar operaciones de amígdalas, confundiéndose en alguna ocasión y apareciéndose a mis papás en su cuarto.

La reliquia que incluye esta publicación, la encontré en una iglesia de Roma, al lado de La Fontana di Trevi, y de la mesita donde dejan estampas para los feligreses, tomé dos; la otra la tiene el doctor Antonio Cacua Prada, biógrafo del nuevo santo.

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