martes diciembre 17 de 2024

El Ojo del Halkón Entre violencia y política

08 septiembre, 2019 El Ojo del Halkón, Opinión, Política

Por: Rubén Darío Mejía Sánchez

BOGOTA, 08 de septiembre de 2019 RAM_ Que vergüenza la imagen que estamos dando a nivel internacional. Hicimos un mini alto en el camino para hablar de un proceso de paz al que le resultaron mas enemigos que a cualquiera y que siguen tratando de acabar, porque lo que nos gusta es que se derrame sangre en nuestros campos y digo en nuestros campos, porque en las ciudades se sufre la violencia del crimen callejero, pero la violencia política sigue cambiando el verde de nuestras praderas y montañas, por el rojo de la sangre de nuestros campesinos y de las gentes de bien que quieren servirle al país.

No voy a dar nombres de nadie, pero lo que sucedió en Antioquia este fin de semana no tiene nombre, pero si sabemos que es producto de la maldita polarización que está acabando con el país y les digo algo, no me importa de donde son los muertos, sino que esos muertos, por lo general gente buena, son colombianos.

Se que las lagrimas de la gente de Antioquia al despedir al candidato del Centro Democrático no le importan a nadie, pero era un profesor, un hombre que luchaba por la comunidad y que simplemente quería llegar a un cargo público de elección popular para tener las herramientas y así poder adelantar los programas que había pensado y que esperaba desarrollar por el bien de su pueblo.

Llegaron los sentidos de pésame, las investigaciones exhaustivas, pero no se busca poner freno a los odios que están enfrentando a los colombianos, que estamos cansados de mas de cincuenta años de violencia, porque les cuento que durante lo que llevo de vida no he pasado un día sin que la sangre no haya sido el factor común, primero porque se mataban entre conservadores y liberales, porque se odiaban entre las mismas familias por un trapo rojo o azul y ahora le estamos metiendo candela para poder dividir y reinar y por enfrentarnos entre nosotros mismos, les hemos abierto la puerta al delito organizado, como el narcotráfico, el sicariato y otros más.

Son muchos los errores que se han cometido, son muchas las promesas que se hacen desde el Gobierno y que hacen los políticos en campaña electoral, quienes han ser elegidos se olvidan de sus electores y los dejan a la deriva.

En Colombia existe racismo, existe división política por la politiquería y porque unos cuantos quieren quedarse con el dinero de todo, a las buenas o a las malas, como olvidándose de generar empleo y de ayudar a los menos favorecidos.

Lo que está sucediendo no es culpa de uno solo, sino de todos nosotros por la intolerancia y es cuando vemos que los informativos se han vuelto más amarillos que nunca, como en las épocas cuando existían el periódico El Bogotano, El Espacio y la revista VEA, medios de comunicación que con solo tocarlos chorreaban sangre.

Intolerancia, porque no nos da vergüenza en hacer espectáculos bochornosos como el sucedido en Miami al final del partido entre Brasil y Colombia, en donde sacando ideas políticas y defensa de caudillos se trató o mejor, abuchearon a los periodistas Daniel Coronel y Félix De Bedout, simplemente porque no están de acuerdo con el sistema de gobierno y eso que hablamos de libertad de prensa y vemos que los medios de comunicación serios o que por lo menos dicen la verdad, deben de cerrar sus puertas.

Cada día están asesinando lideres comunales y sociales, sale el Gobierno a decir que siente mucho lo que está sucediendo y que se va a contar con x o y número de militares, para contener la ola de violencia, la que no se detiene sino se da trabajo, salud y educación; que son los pilares de lo que está sucediendo.

No estoy cuestionando al Gobierno Duque, pero si creo que le falta efectividad y que hay dos o tres ministros que le están haciendo mucho daño, por lo que deberían ser relevados.

Se puede trabajar por la comunidad y hacer buenos gobiernos para pasar a la historia como unos grandes mandatarios; pero últimamente parece que eso no le interesa a nadie y es cuando vemos que, desde mandatarios nacionales, locales y regionales, están envueltos en escándalos y arropados por la corrupción que es la madre de todos los males en este siglo.

Uno no entiende la justicia, como un ladrón de cuello blanco se apodera de millones de pesos de los ciudadanos, se les comprueba a ciertos funcionarios de pacotilla que están sumergidos en la corrupción y con lo que se les premia es con casa por cárcel o con libertad definitiva.

Colombia necesita urgentemente una reforma a la política y a la justicia, porque de lo contrario va a ser muy oscuro el futuro que le vamos a heredar a nuestros hijos.

Colombia tiene gente buena para que la gobierne, el presidente Duque tiene buenas ideas y piensa hacer las cosas ben; pero las cosas no hay que pensarlas sino hacerlas.

Una de las fallas del gobierno de Iván Duque Márquez ha sido casar la pelea con el loco de Maduro, un loco que se ve perseguido por todo lo que se mueve y lo peor es quienes nos creemos cuerdos, le seguimos la corriente a un problema que no podemos solucionar y que solo pueden solucionar los hermanos venezolanos.

No entiende uno como en un país, en donde el desempleo aumenta cada día, se hable de primas y otras medidas que lo que hacen es que las empresas y quienes generen empleo piensen en cerrar o no hacer nada más.

Se sabe que hay derechos, que hay deberes, pero decía mi abuelo que a uno no deben de entregar todo en bandeja de plata, porque se va a cumplir aquello de que “lo que nada nos cuentas volvámoslo fiesta”.

El Gobierno en vez de defenderse de quienes considera sus detractores, debe de actuar y actuar rápido para evitar que los comicios regionales de octubre pasen a la historia como los mas violentos y que los partidos políticos estén conscientes a quienes respaldan y que presenten programas para el bien del pueblo y no para acabar con él.

Señor Presidente, por favor que no se acabe en Colombia la libertad de prensa, que se cumpla con los derechos humanos y que no impere la ley del más fuerte.

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