Cuando sacábamos pecho
Por Esteban Jaramillo Osorio
Bogotá, 25 de noviembre_ RAM_ Se activa mi memoria emotiva, cada vez que se juega la final de la Libertadores. Siempre, en su exhibición promocional, se verá el nombre del Once Caldas, para rebobinar episodios gratos.
Fueron, aquellos, días inolvidables de ruido y fiesta.
Lo evocaba Luis Fernando Montoya, con relatos de lo vivido, emocionado y agradecido. “Que bello el pueblo del Once”, afirma. A su finca en Caldas llegó hace un tiempo Carlos Bianchi a ofrecerle disculpas por sus excesos vanidosos, sin grandeza en la derrota.
El sábado, cuando vi de nuevo que Dios no es argentino, que es de todos, con Gallardo dando lecciones de humildad en la caída, recordé a mi equipo. El que compitió con honores frente a los grandes, el que puso pierna, metió huevos y sacó pecho.
Han pasado ya muchos años. De aquello solo los recuerdos. Los que inspiran a Henriquez para proclamar su deseo de retorno cuando no puede ocultar sus fatigas físicas, reinventado en director técnico. Los que motivan a Montoya esperando una evolución en su vida admirable.
Del Once actual, baste decir que los jóvenes estarán en la vitrina, solo frente a buenas ofertas. No los quieren vender a bajo precio. Ya hay contactos aquí y allá, buscando un central izquierdo, un volante de primera línea, dos creativos y un delantero.
Se estudian ofertas de Ecuador, Venezuela y Centroamérica. No hay indiferencia en la gestión. Es acción no visible porque, sin contratos firmados, no se pueden confirmar los nombres.
Reina sigue siendo opción, pero el empresario quiere transferir sus derechos por una cifra imposible para el club. El jugador quiere quedarse.
Peralta se marcha. Correa se queda. El Once busca una versión más digna, Tanteando aquí y allá, esperando el final del torneo para saltar del papel a los hechos. Camino de la credibilidad, buscando confianza, sin improvisaciones ni anarquías.
Así es nuestro Once Caldas siempre inspirado en sus mejores momentos con sus grandes triunfos, viviendo una realidad distinta.
EJO