martes julio 16 de 2024

Disrito anunció medidas de contingencia para minimizar cualquiera amenaza de seguridad y garantizar el servicio de transporte.

19 octubre, 2014 Bogotá

1500 articulados, 260 biarticulados y 700 alimentadores de TransMilenio operarán en el sistema. Además, más de 5000 buses del sistema Zonal ( Buses Urbanos) prestarán la operación todo el día.

El Distrito además informó la instalación de un Puesto de Mando Unificado (PMU) con el fin reaccionar de manera inmediata a cualquier acción que altere el orden público o la tranquilidad de los habitantes de la ciudad.

La Policía Metropolitana ha dispuesto todo su pie de fuerza, alrededor de 17.000 hombres disponibles de los cuales 3000 estarán en la operación dentro de la primera fase, reforzando la seguridad en puntos críticos donde se pueda afectar de manera grave la movilidad de la ciudad: vías principales, portales de TransMilenio, puntos de acceso a las localidades , patios del SITP entre otros.

La Policía también tendrá unidades móviles de judicialización para realizar el proceso de manera rápida y efectiva contra aquellas personas que alteren el orden público

Por su parte, la Secretaría de Movilidad ubicará en puntos estratégicos alrededor de 100 grúas con el fin de actuar de manera inmediata retirando vehículos que bloqueen vías.

 

El cuerpo de Bomberos colocará a disposición del plan de emergencias con 35 máquinas, 17 estaciones, 260 hombres listos para actuar.

«Se estableció un plan de acción con las 7 barredoras de la UAESP realizando acción de barrido especialmente en la salida de los buses del SITP para evitar pinchazos producto de tachuelas que boten los transportadores como parte del saboteo previsto», informó el Distrito.

La restricción se aplicará de lunes a viernes, durante 24 horas, según el último número de la placa. Regirá para dos números por día, es decir, cada día sacará de circulación al 20 por ciento de los 8.500 vehículos del transporte público colectivo.

Para expertos como José Stalin Rojas, director del Observatorio de Movilidad de la Universidad Nacional, la medida mejorará el flujo y la velocidad de algunas vías principales, como la avenida Boyacá, la carrera 68 o la Primero de Mayo.

El Distrito, por su parte, espera darles un impulso a las 199 rutas urbanas de los buses azules, que operan con 4.400 vehículos, a cargo de siete firmas transportadoras, en 14 zonas.

Se busca que el flujo de pasajeros, hoy de 850.000 por día, aumente en 290.000.

Con este objetivo en mente, el Distrito se ha trazado un plan de acción para estimular el uso de los buses azules. Por ejemplo, en el decreto del viernes que aumentó las tarifas de TransMilenio y de las rutas zonales en 100 pesos, se extendió de 40 a 50 por ciento la rebaja de 40 pasajes al mes a personas con puntajes entre 0 y 40 en el Sisbén III que usen los buses del SITP.

También, la gerencia de TransMilenio planeó una estrategia para que las rutas del SITP hagan recorridos paralelos a los de las rutas troncales, con lo que se espera descongestionar los buses rojos y aumentar la demanda de los azules.

Se arrancará en el corredor de la NQS con las rutas 191 (Unicentro-Las Delicias), en la que viajan 1.500 personas de Bosa a Usaquén, y la C31 (Chapinero-Boitá), en la que lo hacen más de mil pasajeros, entre Bosa, en el suroccidente, y Chapinero.

Igualmente, se contempla habilitar carriles preferenciales para estas rutas, con el fin de aumentar la velocidad de los recorridos, tal como se hace en la carrera 7ª.

Para la subsecretaria de política sectorial de la Secretaría de Movilidad, Martha Coronado, el sistema tiene la capacidad de asumir la demanda de la ciudad y está preparado para ello.

Sin embargo, hay dudas respecto a la disponibilidad de rutas y a su frecuencia en sectores como Fontibón, donde solo se han implementado siete rutas del SITP.

La funcionaria respondió que con el pico y placa no desaparecen las rutas de transporte colectivo tradicionales, pero sí se impacta su frecuencia, con lo que se busca que los ciudadanos se apropien y conozcan los buses azules. Uno de los grandes retos de este sistema es que aún muchos ciudadanos no saben cómo usarlo y desconocen sus ventajas.

Otra de las apuestas del Distrito al expedir esta medida de choque es la de acelerar el proceso de chatarrización de buses viejos, que hasta hoy solo va en 36 por ciento. Y se necesitan 604.000 millones de pesos para que 5.856 vehículos sean reducidos a chatarra.

Alfonso Pérez, de Apetrans, asociación que agremia a 3.000 conductores, explicó que, por las dificultades económicas de los concesionarios Egobús y Coobús, encargados de recibir los vehículos para su chatarrización, los propietarios de buses no han recibido los pagos por renta o compra de sus vehículos. “Y esto, sumado a la decisión del pico y placa, empeora la situación de nuestro gremio”, dijo.

No obstante, César Ruiz, asesor externo de la Secretaría de Movilidad, considera clave acelerar el proceso de chatarrización para evitar rutas duplicadas y, lo obvio: poner fin a unas vías sobrecargadas por esta duplicidad en el sistema de transporte público de la ciudad.

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