martes diciembre 17 de 2024

El Ojo del Halkón ¿Será peor el remedio que la enfermedad?

Por: Rubén Darío Mejía Sánchez

BOGOTA, 10 de mayo de 2020 RAM_ Decían los abuelos que del afán no queda sino el cansancio y entendemos al presidente Duque por las presiones que tiene de los gremios económicos, de los dirigentes deportivos, en especial los del fútbol, de los medios de comunicación y en especial de un sector de sus colaboradores más cercanos.

Razón tiene la Alcaldesa de Bogotá a quienes sus contrincantes quieren mostrar como la bruja mala por haber tenido mano fuerte y tratar de evitar que la cuarentena no se levantara de un momento a otro para evitar riesgos; pero como en política las cosas son diferentes, no era bueno para ella que tiene dentro de sus programas de gobierno sacar adelante una serie de asuntos importantes para la ciudad, tener enemigo al Gobierno Nacional y principalmente cuando ha sido desautorizada mas de una vez por el presidente Duque.

Estoy hablando del peligro al que se está exponiendo el pueblo colombiano al hacer la reapertura económica como se ha llamado, a partir de este once de mayo, y digo que me preocupa simple y llanamente porque en gran parte del país se ha demostrado que la gente es bastante indisciplinada y al abrirse un hueco o medio entreabrir la puerta, estamos casi seguros que en un abrir y cerrar de ojos las calles estarán llenas de gente que quiere escapar del encierro y de otros que buscan la manera de tener un sustento para la familia, cuando los pocos fondos se han agotado casi en su totalidad.

O sino miremos lo que ha pasado en estos días, cuando por causa del aislamiento obligatorio, hemos visto que ha habido que usar la fuerza pública para castigar a los infractores y en casos como este fin de semana, acudir a la ley seca y en muchos lugares al toque de queda.

Este asunto no va a ser muy fácil de manejar, porque cada quién tendrá una disculpa de porque va a la calle y se saldrán con la suya, porque vale anotar que mientras que se hablaba de aislamiento obligatorio en algunas parques de las ciudades se podía ver personas no en actividades muy sanas, como por ejemplo, cerca de nuestra residencia un grupo de unas seis muchachas adolescentes tomando cerveza y un rincón mas adelante una pareja de enamorados tomándose una botella de aguardiente, y esto sucedía a unos cuantos metros de donde hay un CAI de la Policía.

Otra persona me comentaba que uno de sus familiares trabajaba en un deposito en donde reparten licor y gaseosa e ingenuamente le pregunté que si se vendía mucha gaseosa, y dijo que se vendía más cerveza y licores.

Sabemos que hay “buena voluntad” pensando en solucionar los asuntos del bolsillo, pero no quiero ser ave de mal agüero al pensar que muchas veces es mas malo el remedio que la enfermedad y que de verdad la gente está dispuesta a cumplir los protocolos, porque de lo contrario, como decía el Gobierno Japones en el día de hoy, si no se toman medidas vamos a tener que quejarnos meses mas adelante y eso que ellos ya llegaron a aplanar la curva del coronavirus, cosa que no ha sucedido en Colombia, porque las cifras de contagiados siguen subiendo al igual que de las personas fallecidas.

Algunos sectores del Gobierno no le dieron importancia a la llegada del Coronavirus, como sucedió en Estados Unidos, en donde el presidente Trump no quiso creer y creo pensar que, a estas alturas del partido, sigue sin creerlo porque ha sido muy blando en las medidas que se han tomado.

Este es un tema bastante peligroso y por eso creo que es abrir una puerta siniestra, porque no estoy seguro que estemos tan preparados para ello y espero estar equivocado por el bien de cada uno de los que habitamos en este país; porque como decía en la columna anterior, esto no es decir por arte de magia “hasta aquí llegó el Coronavirus” recordemos a partir de este momento las cosas no volverán a ser iguales en la sociedad y en la economía.

No se hasta donde se va a poder controlar a los niños y a los jóvenes para que estén media hora en áreas abiertas, recordemos que ellos son bastante tercos, en especial los niños y los mayores desobedientes, principalmente a atender y acatar las órdenes.

No sè si estoy siendo muy drástico con lo que pienso, espero pensar positivamente y se que esta apertura que se de para algunos sectores de la economía va a dar un alivio a muchas familias, puesto que tendrán mayores entradas y evitarán seguir pasando los problemas económicos que enfrentan en este momento; pero mi pregunta es, ¿todo esto a qué precio?

Cambiando de tema, de verdad que da vergüenza y algunos funcionarios públicos como políticos les quedaría mejor estar callados, porque cada que hablan cometen errores garrafales; como pasó con la vicepresidenta Martha Lucia Ramírez al calificar a los menos favorecidos del país como unos “atenidos”, pues si pienso en la interpretación de “atenido” me muero de la vergüenza al responderle a la señora Vicepresidenta que esos colombianos son los que manejan y sostienen la economía del país, los que a pesar de los malos sueldos van a trabajar doce y hasta quince horas y mas por el bien del país y como dice una canción mexicana, no pueden vivir separados los ricos de los pobres, porque los ricos dejarían de ser ricos si los pobres no trabajaran para ellos. Señora Vicepresidenta hay que pensar para hablar y no hablar para pensar.

No entiendo porque los medios de comunicación le damos tanta importancia a la congresista María Fernanda Cabal que se ha hecho famosa por estar siempre desatinada en lo que dice, enfrentando a quienes no están de acuerdo con lo que dicen los políticos y gobernantes de este país y da vergüenza que un sector del Centro Democrático esté atacando a los artistas, actores y periodistas porque no están de acuerdo con lo que hace el Gobierno que ellos han impuesto.

El asunto de la persecución a los periodistas y sectores de izquierda es bastante delicado; aunque eso ha sido pan de cada día en Colombia, en donde los periodistas honestos que no se dejan comprar y que están a favor del pueblo han sido atacados y muchos de ellos muertos tanto por sectores del Gobierno como de los grupos fuera de la ley.

Se habla mucho de libertad de prensa y creo que la libertad de prensa está y ha estado en peligro en Colombia, porque si no es el gobierno, son los que están a su alrededor que tratan de acallar a quienes quieren decir la verdad.

Esperamos que se cumpla lo que dice el ministro de defensa, Carlos Holmes Trujillo, que se va a adelantar una investigación profunda y que serán castigados quienes tengan que ver con las chuzadas denunciadas por la revista Semana.

No paramos de escándalo en escándalo, ahora se habla de un nuevo escándalo en la Policía Nacional, y de los dineros gastados por la presidencia de la República para tener una imagen buena alta del presidente Duque, para lo que yo diría ignorantemente que esa buena imagen se gana con trabajo y honestidad, y no con lo que se diga en las redes sociales; porque los que tienen la última palabra son los estratos 1, 2 y 3, que por lo general no están pendientes de las redes sociales y lo peor del caso es que no creen en gran parte de sus contenidos.

Que vergüenza, que pena que haya funcionarios públicos y políticos que hayan reforzado para que además del Coronavirus o COVID-19 como se le llama, otro de los personajes sea la CORRUPCION, corrupción que da vergüenza digo porque no es justo robarse de frente los auxilios para los menos favorecidos y seguir tan campantes, sin que la justicia haga nada concreto hasta el momento.

Otra cosa que llama la atención son los anuncios del Gobierno que se rebaja una cosa, que se rebaja la otra, que se darán préstamos a las medianas empresas y a los necesitados por parte de los bancos, y los bancos siguen haciendo de las suyas, porque en nada le interesa los anuncios del Gobierno y de la Asobancaria al respecto.

En cuanto a las empresas de telefonía, televisión y servicios públicos, también hacen lo que quieren y principalmente los de telefonía y televisión por cable, responden olímpicamente que son empresas privadas, y que una cosa es lo que diga el Gobierno y otra cosa como ellos manejan sus negocios.

Si no se obedecen por parte quien uno cree, que es gente con mayor capacidad de educación, que va a pasar cuando se suelte a miles de personas a las calles y como decía la alcaldesa de Bogotá, Claudia López “no hay nada que hacer, solo que cada quien sepa tomar sus medidas y cuidarse”, lo que se interpretaría en este momento, sálvese quien pueda.

Esperemos que haya conciencia, disciplina y que sepamos llevar a cabo y no simple retórica, aquello de “si me cuido, cuido a los demás”.

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