El Ojo del Halkón Con los pies en la tierra
Por: Rubén Darío Mejía Sánchez
BOGOTA, 09 de AGOSTO de 2020 RAM_ Hay momentos que escribir no es muy fácil, primero por lo que está sucediendo a nuestro alrededor y segundo por la polarización, que quizá es el problema más grave que tiene Colombia en este momento y lo tiene sumido en una controversia, en donde no hay nadie amigo de nadie y dónde se quiere hacer lo que se quiere, no para un bien común sino para un bien personal.
Desde que comencé a estudiar un tema muy importante que se llamaba Cívica, aprendí que el Estado colombiano contaba con 3 poderes, el ejecutivo, el legislativo y el judicial.
Me decía mi profesor de aquel entonces, que esos poderes eran muy importantes y que lo que había que tener en cuenta era que debían de ser independientes y se debían de respetar por encima de todo.
Cuando hablaba del Poder Ejecutivo, nos hablaba del Gobierno y el presidente, cuando hablaba del Legislativo hablaba del Senado y de la Cámara, lo que conocemos común y corriente como el Congreso y al hablar del Judicial de las Altas Cortes y el Poder Judicial.
Pero como dijera alguien, cómo han cambiado las cosas y ahora se ha querido que el Gobierno maneje todo, que se impongan las decisiones del Congreso y quiera manipular muchas veces las decisiones de las altas cortes.
Estamos viviendo un momento de coyuntura, porque sufrimos por una pandemia, el coronavirus, nos atropella la corrupción y ahora trata de dudarse sobre la determinación de una alta corte, por la decisión de imponer casa por cárcel al expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez.
Quiero aclarar, respeto mucho al senador Álvaro Uribe Vélez y soy consciente de las cosas que hizo por devolver la tranquilidad al país por largo tiempo, pero también no estuve de acuerdo que en el momento de su retiro renunciara a su investidura como presidente y se fuera al Congreso de la República, porque con ello estaba demostrando la orfandad de poder y es que el poder es muy importante me decía un gran empresario de este país, que por aquel entonces aspiraba a ser senador de la República, le pregunté “por qué quiere llegar al Congreso, si tiene tanto dinero y tantas empresas”.
Me respondió, usted no sabe amigo periodista lo importante que es el poder y recordé la frase de un expresidente de Colombia, el doctor Darío Echandía, cuando dijo y el poder para qué, simplemente para mandar y que se le respete a uno.
Me quedé varias semanas sin escribir, gracias a Dios no porque estuviera enfermo, sino que quise ser prudente en lo que tenía que ver con la pandemia y era muy aburridor seguir cansando a los lectores sobre el tema de corrupción, que se ha ampliado a mandatarios locales, los que han abusado y se han gastado los dineros para ayudar a los más necesitados por este flagelo.
Hoy regreso por varias cosas, me enseñaron en una oportunidad que cada quién debe ocupar su lugar y creo con todo respeto que el presidente Iván Duque Márquez se está metiendo en camisa de once varas al no ser prudente, opinando sobre lo que sucede con el expresidente Uribe Vélez y aclaro algo, estoy de acuerdo que el doctor Uribe Vélez es inocente hasta que no se demuestre lo contrario, pero no entiendo el escándalo, cuando hay cientos de personas en las cárceles colombianas detenidas intramuralmente por delitos no comprobados en largas y largas investigaciones y que no han tenido siquiera derecho a tener casa por cárcel.
Sabemos que los jueces tienen la libertad de tomar las decisiones que consideren necesarias y otra cosa es que los ciudadanos deban de acatarlas y respetarlas y principalmente cuando se es el Jefe del Estado.
Se ha manejado la cosa muy emocionalmente, parece que fuera el apocalipsis por lo que está sucediendo y simplemente es una medida preventiva en medio de una investigación, que llevará a los jueces a determinar la inocencia o la culpabilidad del expresidente y senador Uribe Vélez.
¿Qué esperamos todos? Que sea inocente, que las cosas se aclaren y que lo que está sucediendo no vaya a perjudicar a los colombianos de a pie que no tienen nada que ver con este asunto. Espero también que no se presenten cosas cómo lo del plebiscito del sí y del no, que se trató de manipular todo, por medio de falsas noticias y falsas informaciones por parte de los diferentes sectores.
Creo que lo más adecuado en este momento y prudente es esperar las determinaciones de la Corte, que el doctor Uribe espere tranquilamente el veredicto de su inocencia y que quienes lo siguen no traten de poner al pueblo en contra de la justicia, porque debemos de saber, que el pueblo muchas veces se llena de emociones y se va a ciegas buscando las cosas a como dé lugar.
Tanto los partidos políticos, como los empresarios y los demás dirigentes del país debían o deben de actuar con cautela para evitar que esa polarización que está matando al país lo lleve a un desastre más grande de lo que está en este momento con el problema de la pandemia en donde la situación económica es bastante grave.
Hay mucho colombiano muriéndose de hambre, no porque el Gobierno no haya ayudado, sino como dijera Celia Cruz no hay cama para tanta gente y yo diría no hay dinero para tanta gente.
Como periodista le pido a mis colegas de los diferentes medios de comunicación que sean prudentes, que no se dejen llevar por las emociones y que simplemente se dediquen a informar y le dejen el espacio de opinar a los que se dedican a esto.
Hay que trabajar por el bien del país, hay que sacarlo adelante políticamente, hay que buscar la honestidad, hay que tratar de derrotar ese enemigo secreto qué es el coronavirus y debemos de unirnos a respetar nuestras instituciones y no tratar de cambiar la Constitución cada que alguno de nuestros dirigentes tiene un problema judicial o político.
Estoy de acuerdo con una reforma judicial, porque la justicia en Colombia era, es y como vemos las cosas pueden ser en un futuro lo mismo, solo para los de ruana. Se toca un dirigente político y llega el caos y se detienen varias personas inocentes, se les lleva a la cárcel y no pasó nada de nada; y esto no quiere decir que yo estoy diciendo que el doctor Uribe es culpable o inocente, porque eso se lo dejo a la justicia que en parte ha trabajado seriamente y que los señores magistrados tomen las determinaciones correspondientes a este caso.
No se debe hacer justicia por los micrófonos, por los medios de comunicación y mucho menos por las redes sociales, porque estamos opinando a la ligera y por querer hacer un bien Hacemos un mal.
Nuestros políticos deben de pensar de manera diferente, deben de estar preparados para hacer leyes que favorezcan al pueblo y entre esas leyes está la urgente reforma a la justicia, qué debe ser ajustada a la Constitución, sin pensar que ésta sea necesaria cambiarla o reformarla.
Estamos en un verdadero limbo. Queremos ponerle fin a la pandemia como si fuera algo que estuviera en nuestras manos y queremos que las determinaciones de las Altas Cortes y demás entidades judiciales sean para favorecer no a todos sino a quienes consideramos que son los del poder y no se deben de tocar.
Esperamos en la sensatez del expresidente y senador Uribe, él sabe que es inocente, entonces lo que debe de hacer es esperar los fallos de la Corte y no que los políticos y los partidos al igual que el propio Gobierno traten de dar directivas de lo que deben de hacer.
Presidente Duque, en una entrevista que le hice semanas antes de ser elegido, le dije que usted tenía madera para ser un gran presidente y que recordara el gran legado de su padre, pero no sé, ahora lo veo inseguro y tomando determinaciones en la mañana y cambiándolas en la tarde, pero no todo está perdido; en esta mitad del mandato usted por mi parte no tendría una calificación superior al 3.5 sobre 5, pero recuerde que cuando estábamos en la etapa académica podíamos remontar esas calificaciones poniendo de nuestra parte y usted es un hombre de cualidades y de capacidades, póngalos en práctica y marque lo que va a ser el futuro político de usted Iván Duque Márquez.
Esperemos de la mano del creador qué esa polarización, esa violencia y ese odio desaparezca y todos trabajemos por el bien de este bello país que nos han dado y que se llama Colombia.