De osados y lamesuelas
Por Augusto León Restrepo
Bogotá, 17 de mayo _ RAM_Un amigo periodista me llamó temprano en la mañana de ayer jueves para que sintonizara la W de Julito y escuchara las declaraciones de un senador del departamento de Risaralda, de apellido Corrales, ingeniero agrónomo y militante del Centro Democrático, según pude deducir al sintonizar la emisora.
El senador había participado en una reunión con unos empresarios privados o gremiales, no sabría concretar, y allí expuso la teoría de que el gobierno y los empresarios, debían limitar o negar las pautas a los medios de comunicación que no fueran objetivos, que no fueran neutrales en la información, que atentaran contra el orden, las instituciones, etc., etc.
En otras palabras, que los medios o los periodistas, hablados y escritos, se limitaran a comer callados, es decir a no cuestionar, a no mostrar la realidad de lo que es el país, salvo la realidad oficial, la que se concreta en los boletines de las entidades de las oficinas de prensa del estado, o la que crean los correligionarios de Corrales, so pena de que, si no lo hacen, los funcionarios de turno o los gerentes se nieguen a pautar. O sea, en plata blanca, invitó a censurar a quienes, en la prensa, osen discrepar de las versiones del establecimiento.
No sé qué repercusión tuvieron las recomendaciones de Corrales. De pronto ninguna. O de pronto las asociaciones periodísticas se han manifestado. No importa. A mí sí me arrecharon esas invitaciones malévolas y perversas, contra la libertad de expresión, contra la libertad de opinión, contra la independencia de los medios, en especial de los de provincia, a los que los gobernantes consideran que, por una cuña, por un aviso, tienen que evitar las críticas o las denuncias. Retro satanás. De ahí a las dictaduras, a los unanimismos, hay un solo gateo.
A mí me gusta conservar toda clase de ensayos, artículos, textos, que tienen que ver con el periodismo. Algún día tuve la pretensión, ya desechada, de escribir un libro sobre el tema, fruto del ejercicio de la profesión más apasionante del mundo., durante casi sesenta y cinco años. Y hace unos meses guardé un escrito del periodista caldense Fernando Alonso Ramírez, quien funge como Editor del diario La Patria de Manizales y cuya lectura recomiendo a los alcaldes y gobernadores, parlamentarios y empresarios y sus obsecuentes colaboradores, que insinúan y se atreven a ponerle precio, a las opiniones de los periodistas. Y al atrevido y aventado senador Corrales. Con permiso Fernando Alonso, fusilo sus acertadas reflexiones y recomendaciones para los servidores públicos que no son tan novatos, sino más bien soba chalecos y lame suelas.
