Reformas integrales
Epígrafe
“Aquellas personas que no están dispuestas a pequeñas reformas, no estarán nunca en las filas de los hombres que apuestan a cambios trascendentales” .Mahatma Gandhi
Por: Lorena Rubiano Fajardo
Se cumple la primera etapa de este nuevo Congreso de la República, durante la cual se han discutido temas de importancia para el país, se han debatido reformas constitucionales, saludos a la bandera y otros asuntos.
Considero, que dada la oportunidad del proceso de paz que se adelanta por parte del Gobierno, deberían senadores y representantes interesarse en debatir reformas estructurales, completas y profundas a todo nuestro ordenamiento constitucional y a las instituciones que lo representan.
Por ejemplo, cada vez que hay un hecho notorio en cualquier área se presenta de inmediato un proyecto de ley para aumentar castigos, o autorizar al Estado a intervenir etc., como en el caso de la Universidad San Martin y de inmediato la ministra Gina Parody presentó una iniciativa en el Congreso, o muere un niño y alguien propone pena de muerte, hay un déficit fiscal y el ministro propone una reformita tributaria para taparlo. Desde su expedición la Constitución de 1991, ha sido enmendada 1.6 veces por año, lo que demuestra inestabilidad constitucional.
En vez de esta avalancha de pequeñas causas, deberían conformarse comisiones por cada uno de los temas y presentar reformas de fondo. En lo económico, los empresarios propusieron una reforma completa, en lo jurídico las altas cortes, el Procurador y el vitrinero del Fiscal están de acuerdo en que hay que hacer unas reformas sustanciales, claro que hay que ver qué pasa con la reforma judicial aprobada en la pasada legislatura y que está viva. Así, modernizamos y enrutamos al país por el camino del progreso en paz.
Si hay proceso de paz y se firman acuerdos, hay que hacer reformas que pueden ser adelantadas por el Congreso y así no se tenga que recurrir a una Asamblea Nacional Constituyente. Urgen reforma agraria, judicial, tributaria, supresión de entidades ineficientes, reformar el Código Penal para que las Farc no sean juzgadas en el país, ni extraditadas, o sea que es necesario aprobar leyes que perduren en el tiempo y que no se estén cambiando constantemente, pues ello crea inseguridad jurídica y ahuyenta al inversionista nacional y extranjero.
Me parece necesaria la creación de una jurisdicción constitucional de tutela, restablecer el jurado de conciencia, fortalecer el principio de la libertad. Así Colombia mantiene su prestigio mundial de país garantista y democrático.