Bouwman logra el doblete en Castelmonte y los favoritos firman tablas
Santuario di Castelmonte, 27 may (EFE).- El neerlandés Koen Bouwman (Jumbo Visma), el rey de la montaña del Giro, volvió a saborear la miel de la victoria en la presente edición con triunfo en la decimonovena etapa, disputada entre Marano Lagunare y el alto del Santuario di Castelmonte, de 178 km, donde los favoritos llegaron juntos y el ecuatoriano Richard Carapaz (Ineos) mantuvo la maglia rosa.
No hubo revolución en las montañas del Friuli. Hubo paz en el Santuario de Castelmonte, donde Bouwman firmó su doblete de etapa y ratificó el maillot azul de la montaña, donde los favoritos se atacaron suavemente al final para llegar de la mano y sin cambios en la general.
Bouwman (Ulft, 28 años) ganó en Potenza y repitió en el lugar sagrado de Castelmonte. Fue el mejor de la escapada del día y por velocidad ganó a los 4 rivales supervivientes. Superó con el mismo tiempo de 4h.32.53 al suizo Mauro Schmid (Quick Step) y sacó unos segundos al italiano Alessandro Tonelli (Bardiani), al húngaro Valter Attila (Groupama) y al neerlandés Andrea Vandrame (Ag2r Citrôen), quien se salió en la última curva.
Mientras ganaba Bouwman, los hombres de la general lanzaban los únicos y tímidos ataques del día. Lo intentaron Carapaz, Hindley y Landa, pero llegaron juntos a 3.56 del ganador. Si las fuerzas acompañan, lo volverán a intentar este sábado en La Marmolada, un puerto «de verdad». El ecuatoriano tiene 3 segundos con el australiano y 1,05 minutos con Landa.
La fuga se dispara, el Bora dirige el pelotón
El primer combate de la trilogía decisiva del fin de semana nació con una fuga de 12 corredores, con aventureros como Theuns, esprinters tipo Ballerini y Fernando Gaviria, el líder de la montaña, Bowman…. En cualquier caso nada peligrosos para la general ni otro tipo de intereses.
El pelotón ni se inmutó en la única zona llana del día, donde acumuló un retraso de más de 10 minutos en el km 56, con las grandes montañas ante la vista. Paisajes de postal. Todos tranquilos, menos el Bora de Hindley, que tomó la responsabilidad en el pelotón en vistas del paseo cicloturista en que se estaba convirtiendo la etapa.
Bowman se encargó en la escapada de puntuar en cabeza en los dos primeros puertos de tercera, Villanova Grotte (3,7 km al 8) y el Passo di Tanamea (9 km al 5,4), sumando puntos por la maglia azzurra de la montaña. En la persecución el Bora redujoa 8 minutos la brecha. En la primera subida quedó cortado Richie Porte, un gregario de lujo de Carapaz en la montaña. Enfermo, el australiano hubo de optar por el abandono.
En Eslovenia, el gigante Kolovrat no se comió a nadie
El Giro entró en Eslovenia, el país de las figuras de hoy en día, de Pogacar, de Roglic, los reyes del ciclismo ausentes en la carrera rosa. Los protagonistas fueron otros, y la oferta nada menos que el inédito Kolovrat, un primera de 10,3 km al 9,2 y pendientes del 15, donde la fuga empezó a disolverse hasta dejar cinco en cabeza: Tonelli, Arensman Vendrame, Valter y Bouwman, quien decidió el premio de la montaña coronando el pico esloveno.
Un puerto exigente envuelto en un ambiente festivo, con fuertes pendientes mantenidas por encima del 10 por ciento, un escenario para jugar al ataque desde lejos, pero no cambió el decorado. Nadie se movió en el grupo de la alta jererquía. Carapaz, Hindley y Landa se dejaban llevar bajo el impulso del Bora. Solo restaba la subida al Santuario de Castelmonte.
Bouwman se corona en casteCmonte, Carapaz amaga
Una subida no demasiado dura, de 7 km al 7,8 por ciento, aunque con rampas del 14 al principio. La meta, de nuevo en Italia, en un lugar de culto y peregrinaje, el más antiguo del Friuli y uno de los más antiguos de toda la cristiandad. Como principal tesoro, la imagen de una Virgen negra, muy antigua, venerada por los feligreses que esta vez pudieron disfrutar de una llegada del Giro.
Ni un milagro podía evitar ya EL triunfo para un corredor del quinteto delantero. Los jefes del Giro iban a 8 minutos a 6 km de meta, pendientes de ataques de última hora. Delante empezó el marcaje, las miradas, los parones, loa amagos….
Todos intentaron sorprender, pero ninguno se puso despegar. Era clave salir primero de la última curva, y eso lo sabía Bouwman, quien se aplicó el cuento para salir bien colocado ante los metros finales. Hizo inútil el esfuerzo de Schmid, quien buscó la victoria hasta el último metro.
Fue la segunda etapa del neerlandés en este Giro y la tercera para su palmarés. Además, sentenció la maglia azzurra de la montaña. Un día rentable para el chico del Jumbo Visma. Por detrás Carapaz atacó sin éxito, y por imitación saltaron Hidley y Landa. Ninguno cedió y juntos salvaron la etapa. Se verán las caras este sábado en La Marmolada.
Este sábado se disputa la vigésima etapa entre Belluno y la cima de Marmolada (Passo Fedaia), de 168 km. Última y decisiva cita de alta montaña, con tres puertos, el Passo San Pellegrino (1a, 9,6 km al 8 por ciento), el Passo Pordoi (Cat. Especial, 11,9 km al 6,6) y la Marmolada, que aporta la meta en su cima tras 12,9 km al 7,8 por ciento). Escaladores a la acción. EFE