martes julio 16 de 2024

La ruleta está girando

Por Augusto León Restrepo

BOGOTA, 30 mayo de 2022_RAM_ Les voy a hacer una confesión, que me sirve para vencer el martirio de la hoja en blanco, que nos conturba con alguna frecuencia a quienes garrapateamos opiniones. Traté de escribir mi columna para ayer domingo, pero lo que pensé era un verdadero batiburrillo. Que desolación, que caos. Si contaba por quien salía a votar, otra vez, por Fajardo, me parecIó que era  una arrogancia inútil. Creer que, por una frase o un argumento mío, hubiera cambiado el lector su intención de voto, lo consideré un solemne engreimiento y una insinuación gratuita a quien tenemos como inteligente contertulio escrito, al que le sustraemos tres o más minutos de su tiempo para que fije sus ojos en estas letras.

No me arrepiento de haberme guardado mi criterio  ayer domingo, día de comicios presidenciales, porque hubiera hecho el oso electoral. Quedé convencido de que mi bola adivinatoria de resultados electorales, no acierta ni pío. Consideré como hasta las cinco de la tarde de hoy 29 de mayo del 2022, día de fasto, o nefasto, vaya uno a saberlo,  en el calendario histórico nacional, que las encuestas iban a dar un traspiés tan grande, como para que dejáramos de guiarnos por sus vaticinios. Eso de dictaminar que no se nos hiciera extraño que el ingeniero santandereano Rodolfo Hernández, candidato sin maquinaria, sin caciques, sin programa, sin discurso, sin vergüenza ni autocrítica, con 76 años cumplidos, cabellera teñida y entonación huracanada, pudiera derrotar a tres expresidentes, a un presidente en ejercicio con candidato propio, varios partidos políticos, líderes clientelistas, empresarios de alto coturno, clanes familiares poderosos, parlamentarios mañosos y duchos en la manipulación del voto, cristianos, y al profesor Fajardo, no cabía en mis equivocados cálculos. Hernández fue una especie de sunami, del que solo se salvó Gustavo Petro.

Paradoja: Hernández, si quiere ser presidente de Macondo, tendrá que hacerse perdonar la derrota que les infligió a los anteriormente aludidos. Fico ya entró por el aro y adhirió a su verdugo, Rodolfo Hernández, en un típico abrazo de oso vengativo. Si Hernández lo recibe y lo acepta con su cola, no solo lo desprestigiará, más, sino que le hará un abordaje pirata a su barco para quedarse con el botín.

Petro, ganó con amplio margen de ventaja sobre Hernández. Muy bueno. Esperé su discurso de la victoria y no hubo una sola frase que sugiriera fraude. Dos millones y medio de sufragios de ventaja escrutados a su favor, le acallaron sus reclamos. Esto permitió que los colombianos nos pudiéramos ir a dormir como unos angelitos y que sus propias desconfianzas como las del despalomado Andrés Pastrana, sobre la Registraduría Nacional y el Registrador, Alexander Vega Rocha, hoy sean anécdota. La paz electoral es un propósito fundamental; dentro de tres semanas, esperamos que se logre, cualesquiera que sea quien asiente sus posaderas en el solio de Bolívar.

Me asalta la curiosidad por lo que los editoriales de los diarios colombianos digan del evento eleccionario de ayer. Y de las predicciones que se atrevan a proponer para el inmediato futuro. El encuentro entre Petro y Hernández, en estas tres semanas, va a ser de golpes bajos, al hígado. De debates programáticos, pocón. Hernández, limitará sus propósitos a insultar a los corruptos, a descalificar a la clase política, a reiterar sus amenazas de flagelos y escarnios para los peculadores y prevaricadores, monserga que le atrajo en gran parte las simpatías de sus electores, elementales y emotivos, que lo pasearon en hombros por la arena del circo. Pero sus asesores tendrán que ampliarle el repertorio. Si se queda en el vituperio y las altisonantes descalificaciones, cansa y empalaga. Las barras de los coliseos a veces exigen diversidad, ética y estética a quien preconiza estas virtudes, pero que bien lejos está de su práctica personal.

Gustavo Petro, tendrá que atemperar su discurso, dejar de espantar a los burgueses satisfechos y a los capitalistas reconocidos o en ciernes, y tratar de permear a los abstencionistas para que lo favorezcan con sus votos. No veo de donde puede aumentar su caudal. De pronto merme, en vez de aumentar. Sus conmilitones de pronto hasta sacan las uñas y le exigen más radicalización en sus propuestas. Su acuerdo sobre lo fundamental -copiado del secuestrado por su partido de origen M19, el líder conservador Álvaro Gómez Hurtado- que implica mano generosa y fórmulas de centro, no serán del agrado de los extremistas que lo acompañan en su itinerario, que pretenderán venderle el credo socialista del Siglo XXI, sin matices ni concesiones, así esté fracasado como panacea para los males que afectan a nuestra intrincada realidad.

En fin. Se reabre el casino nacional y se reciben apuestas sobre nuestro futuro. La ruleta está girando…

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