martes diciembre 17 de 2024

La ola de calor llega a Roma y se mantendrá en Italia hasta agosto

En el centro de Italia, la temperatura superó los 40 grados centígrados. Foto EFE

Roma, 20 jul (EFE).- La ola de calor «Apocalipsis» llegó hoy a Roma y se extiende por Italia con picos de hasta 40 grados, un panorama que se mantendrá hasta agosto y que se ve agravado por la permanente sequía y el aumento de los incendios.

Nueve ciudades italianas entraron hoy en el nivel de emergencia máximo por el calor, entre ellas la capital italiana, Bolonia, Florencia (centro), Génova y Turín (norte), según el boletín de este miércoles del Ministerio de Sanidad.

Las grandes ciudades en alerta máxima aumentarán en los próximos días hasta llegar a 16 municipios el viernes, un alza constante desde que las masas de aire calientes procedentes directamente del desierto del Sahara golpearan el país hace más de una semana.

«El anticiclón africano podría, desgraciadamente, durar sobre Italia hasta finales de mes con máximas extremas de 40-42°C y noches tropicales de hasta 24-27°C», avisó hoy el meteorólogo italiano Lorenzo Tedici en el portal ilMeteo.

El calor en Roma se hizo presente desde primera hora de la mañana, cuando los termómetros alcanzaron los 35 grados y la única forma de resguardarse del calor para los miles de turistas que inundan la ciudad estos días eran los parasoles y las fuentes de la ciudad.

Además, en las últimas horas Italia ha sufrido quince grandes incendios de norte a sur, uno de los más grandes en la Toscana (centro) mientras que la región más afectada por los fuegos es Campania (sur).

Esta situación se ve agravada por una sequía sin precedentes en las últimas siete décadas, sobre todo en la zona norte del país y en la cuenca del Po, su principal río.

La ola ha tomado el nombre de «Apocalipisis4800» en referencia a la cuota del cero térmico, situada en los 4.800 metros de altitud, por lo que en ningún punto del territorio las temperaturas bajan de los cero grados, ni siquiera en los Alpes italianos.

Esto puede llevar a un derretimiento más veloz de los glaciares y causar desprendimientos como el ocurrido a inicios de julio en el glacial de la Marmolada donde murieron 11 personas. EFE

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