martes julio 16 de 2024

La inmoralidad y elefantes blancos       

Jorge Giraldo Acevedo

Los llamados elefantes blancos que hay en el país son, en la práctica, unas de las bases extremadamente negativas para que ocurran hechos de inmoralidad.

Obras inconclusas como escuelas, bibliotecas, planes de vivienda, estadios, carreteras, acueductos, mataderos y sedes de entidades municipios, etc., integran la infausta selección.

Será tan delicada la situación que la Contraloría General de la Nación estimó en más de 1.400 las obras inconclusas en todo Colombia y la inversión en esos proyectos sin terminar supera los $25 billones; además los lunes, el noticiero de la televisión CM& ya ha informado, con lujo de detalles, sobre más de 100 elefantes blancos.

Lo peor es que la situación de los elefantes blancos se presenta en la mayoría de los departamentos colombianos; existen obras sin finalizar, abandonadas y que han causado pérdidas económicas millonarias a lo largo y ancho del país.

Estas lamentables situaciones no deben ocurrir y si no se hace nada para corregir este despilfarro económico la inmoralidad en la administración pública continuará y lo peor aumentarán las obras sin terminar inconclusas o como se conocen en el argot popular, elefantes blancos.

Exponer sobre obras inconclusas en Colombia no es nada nuevo, pero existen unos elefantes blancos que parecen de un país del no lo puedo creer, con hechos y personajes insólitos, mejor dicho, como para Ripley.

Entonces, ojalá que el próximo gobierno se interese al máximo por evitar más acontecimientos con los elefantes blancos y se acabe, en forma definitiva, la pésima costumbre relativa a que si la obra la empezó un gobierno, el que le sigue no la termina.

Fusagasugá, Cundinamarca

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