NELSON

Una Luz en el Infinito

Mi sobrino Nelson Mejía Loaiza partió de este mundo terrenal en la noche del martes 9 de agosto después de sufrir una penosa enfermedad.
Hoy toda la familia llora la partida del hermano, del tío, del amigo y en mi caso de mi sobrino, pero con la gran esperanza de que está en la presencia de Dios ya descansando y recordándonos a todos qué se ha ido, pero dando un paso más adelante que todos nosotros.
Escribir en estos momentos es muy difícil, porque no hay palabras que uno pueda decir qué completen totalmente ese dolor tan amargo que deja la partida de un ser querido.
De Nelson fueron muchas cosas las que pude aprender, nos acompañamos desde que estábamos niños, porque éramos casi de la misma edad, hablamos mucho de lo que era el mundo y de lo que pensábamos de él, después de mayores siempre teníamos nuestras comunicaciones y últimamente hablamos por horas enteras de cómo estábamos, cómo era nuestra familia y que pensábamos del momento en que partiéramos.

Le había dolido mucho hace un tiempo la partida de su mejor amigo, hablo de Augusto Álvarez Cifuentes, siempre estuvieron juntos, se contaron sus cosas y muchas veces estuvieron tristes en asuntos complicados de sus vidas pero también compartieron las alegrías que puede dar ese don tan grande que se llama amistad.

Hoy sólo me queda como el último tío de los Mejías decir que elevo una oración al cielo por todos mis sobrinos y familia que queda, por los hijos de Nelson, por Neidu, esa mujer que siempre estuvo cerca de su lado y que hoy lo vio partir. No quiero dar nombres de mis sobrinos y familiares porque somos muchos y ya a mi edad puedo olvidar algunos de esos nombres, pero todos saben que los llevo en mi corazón, tanto a ellos cómo a sus familias.

Solo me queda decir “Nelson, disfruta de la presencia de Dios qué es lo más importante en este momento”

Rubén Darío Mejía Sánchez