martes julio 16 de 2024

Posta en buenas manos

Augusto León Restrepo

​Ahí, en la pequeña urna, estaban las cenizas de Evelio Giraldo Ospina, en el recinto sagrado de la iglesia de Palermo de Manizales, este viernes 2 de septiembre en la tarde, para recibir las honras fúnebres, que en comunión, familiares y amigos celebraron con expresiones de tristeza, pero también de agradecimiento, por haber disfrutado de su vida, de su amistad, de su colegaje. En primera fila se veían los rostros compungidos, desolados, de Ximena, Juan Sebastián y Yésica, sus hijos, de su devota y solidaria hermana Rosmira, de sus parientes cercanos y de sus camaradas comunicadores, quienes, a su lado, durante largos años, vieron a Evelio, día a día, construir un nombre imperecedero en la historia del periodismo caldense.

Sus muy entrañables amigos y periodistas Iván Darío Góez y José Miguel Alzate y el sacerdote y colega Efraín Castaño  en sus sentidas palabras pronunciadas desde la cátedra religiosa, no solo ponderaron las calidades profesionales de Evelio como comunicador y periodista, sino sus calidades humanas, que al fin y al cabo, son las que brillan en el saldo final de la existencia. Excelente padre, leal y solidario con sus amigos, fraterno, amante desvelado de su patria chica, Aranzazu, de sutil humor y de alegre palabra en las tertulias, en fin, un ser humano excepcional, en quien se hizo realidad el axioma conocido de que para ser periodista es indispensable ser ante todo una buena persona, fueron las frases coincidentes en sus intervenciones.

Juan Sebastián, Yésica y Ximena, sus hijos, y Rosmira Giraldo Ospina, su hermana, han recibido las más sentidas voces de condolencia por el deceso de Evelio, provenientes de destacadas figura de la sociedad, de las instituciones gubernamentales y gremiales, de político, colaboradores y gente del común, que me abstengo de mencionar para no caer en el vacío de la omisión, que reconocen en Evelio un ser trascendente por sus ejecutorias y su legado en la historia de Manizales, de Aranzazu y de Caldas. Sobre sus orientaciones y lecciones periodísticas ya tuve oportunidad de expresarme el mismo día de su fallecimiento. Y solo me sobra, como antiguo colaborador de Eje 21 y cercano amigo de este medio, que celebro la decisión de continuar con su legado, para bien del periodismo regional y en especial de sus lectores, que, con sus indicadores de aceptación, lo consideran como un medio de opinión independiente, equilibrado, alterno, veraz, pluralista y conciliador, ajeno a la crispación y al desenfreno de las luchas fratricidas, fundamentalistas o confesionales. Así lo quisieron sus fundadores Orlando Cadavid y Evelio Giralso, y así los dispusieron para el futuro y nos lo comunicaron sus herederos.

Los columnistas, los colaboradores y los lectores de Eje 21, vamos a cerrar fila alrededor de estos jóvenes, quienes, al unísono, con plena seguridad lo expreso, porque conozco sus calidades profesionales y personales, consolidarán esta empresa de libre y serena opinión. La posta, Don Evelio, ha quedado en muy buenas manos. Usted puede descansar en paz.

Post scriptum 1:  el fallecimiento de Doña Pilar Villegas de Hoyos nos enluta. En próxima ocasión nos referiremos a éste insuceso, que hoy lamentamos centenares de personas que la admiramos y quisimos en su larga trayectoria cívica, social y política.

Post scriptum dos: otro lecho luctuoso: el vil asesinato, la masacre, de siete uniformados de la Policía Nacional, a manos de los bandidos disidentes de las Farc, en el corregimiento de San Luis, jurisdicción de Neiva. A las lágrimas de dolor, registradas por sus compañeros en una gráfica de primera página de la edición de El Tiempo del día de hoy, sumamos las nuestras. Más víctimas inútiles en esta ignominiosa historia…

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