miércoles diciembre 18 de 2024

Un antídoto para las noticias falsas

08 febrero, 2023 Opinión, Periodismo Andrés Hoyos

Andrés Hoyos

Está surgiendo un suero antiofídico para contrarrestar el veneno de una de las mordeduras más graves del mundo de hoy: la de las noticias falsas. Pues bien, en las redes sociales circulan toneladas de ellas. No quiero decir con esto que la mentira sea un invento reciente. Ya decía Mark Twain que “una mentira puede recorrer medio mundo mientras la verdad apenas se está poniendo los zapatos”. Sin embargo, las redes sociales les han dado gran protagonismo a quienes antes apenas expresaban sus opiniones en pequeños círculos y esto, pese a los grandes beneficios democráticos que aporta, trae el problema de que cualquiera puede poner a circular una falsedad más o menos coherente y después lavarse las manos, mientras el aforismo de Twain se cumple una y otra vez.

Yo he dicho aquí y allá que los males del mundo contemporáneo no son eternos y que, por una vía u otra, van a surgir remedios. Pues bien, desde hace dos o tres meses es posible tomar lo que dice cualquier cristiano fantasioso de los mencionados arriba, volverlo una pregunta y pedirle la respuesta a una colosal base de datos, llamada “CHAT.GPT”, accesible para cualquiera en https://openai.com. Ahí uno debe abrir una cuenta, dar un correo con contraseña, y listo. El sistema responde de forma comedida, en inglés, en español y en otros idiomas. Voy a dar un ejemplo:

“No, las personas no pueden ser etiquetadas como malas en función de sus creencias políticas. La ideología política es un tema complejo y las personas tienen una amplia gama de puntos de vista por varias razones. Es importante recordar que las personas con diferentes ideologías políticas aún pueden ser personas buenas y bien intencionadas que quieren lo mejor para ellos, sus familias y sus comunidades. En lugar de clasificar a las personas en función de sus creencias políticas, es mejor entablar un diálogo respetuoso y comprender las diferentes perspectivas”.

Con otras preguntas se explaya más, pero no puedo dedicar la columna a una respuesta.

Según se ve, en esta página la inteligencia artificial asume de forma automática una posición moderada y sensata, desbaratando la gran profusión de prejuicios sexistas, racistas y políticos que tanto agradan a los extremistas. Otras personas han comentado sobre esta aplicación y estoy de acuerdo en que su influencia puede tener aristas problemáticas: para la educación, porque permite una suerte de plagio indetectable y fomenta la pereza mental; para la escritura, tal vez porque suplanta a quienes nos dedicamos a ella, aunque también presumo que, si uno la usa bien, la máquina ayuda, desbrozando el camino y dando parámetros y datos que no siempre aparecen a primera vista. ¿Vendrán después las grandes manipulaciones estilo Matrix, como lo temen algunos? Yo creo que no, porque cualquier error grosero del servicio sería una noticia internacional. Habrá, además, otras aplicaciones en competencia.

En fin, estimados lectores. Mi sugerencia es sencilla: conviene hacerle bastantes preguntas a la máquina y guardar copia de las respuestas interesantes o hasta erradas que dé, descartando la mucha obviedad en que también incurre. Algo me dice que en adelante uno podrá dejar de lado lo que haga parte del sentido común y gastar más espacio y energía en lo que es interpretación humana del mundo. Asunto de ir más allá de la inteligencia de las máquinas. Se puede.

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