Teniente coronel aterrizó un Hércules C-130 en la Antártida
EL NUEVO SIGLO
Bogotá, 18 febrero 2023_RAM_Una mujer que rompe barreras. O mejor, que vuela sobre ellas. Así puede describirse a la teniente coronel Andrea Silvana Díaz Bohórquez, de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC). Ella es la primera piloto de este país de un avión Hércules C-130. Y también la primera en aterrizarlo en la Antártida. Más específicamente en isla Rey Jorge.
En diálogo con EL NUEVO SIGLO, la oficial contó que no solo cree que los “sueños sí se cumplen”, sino que indicó que su meta es llegar aún más lejos y más alto.
“Ojalá llegara a ser la primera mujer general en la FAC. La institución no ha tenido mujeres generales todavía… Pensaría que todavía falta un tiempo, pero en el futuro allá llegaremos”, expresó.
Paradójicamente cuando era pequeña no soñaba con volar. “Mis sueños inicialmente eran ser veterinaria, creo que es el sueño de cualquier niño, porque me encantan los animales. Pero luego, al correr de los años, empecé a tener esa vocación de servicio, hasta que les dije a mis padres que quería ingresar a la Fuerza Aérea porque cuando veía los aviones pensaba que me gustaría ser la piloto de uno de ellos…”.
Fue así como en 1999 ingresó a la Escuela Marco Fidel Suárez y se graduó cuatro años después como piloto militar.
De acuerdo con la teniente coronel Díaz Bohórquez, fueron cuatro años de formación. Recuerda que ingresaron al curso 13 mujeres para ser oficiales de Escuela y el trato era igual al de los hombres.
“Me enamoré mucho más de la institución durante esos cuatro años de instrucción y entrenamiento, y por esta razón estoy en la fuerza militar. De las 13 mujeres que ingresamos a la Escuela solo nos graduamos siete. Y, en la actualidad quedan conmigo tres, dos pilotos y una logística”, explicó la alta oficial.
De aeronave en aeronave
La hoy teniente coronel durante su larga trayectoria ha cumplido con todos los procesos de formación. Ha pilotado numerosas aeronaves, entre ellas el T-41, un Dornier 328 en Satena, un Casa C-295 y el Caravan. Este “fue mi primera autonomía, es decir, cuando uno es comandante de una aeronave… Esa fue la trayectoria que tuve para llegar al sueño que tenía de volar el Hércules, el avión insignia de FAC”.
La oficial recuerda que “casualmente nosotros llegamos a la Escuela Marco Fidel Suárez a bordo de un C-130. Miraba al Hércules y me decía: ‘Dios mío, el avión insignia de la FAC, sería un sueño poder llegar a comandar esa aeronave’. También me decía: ‘qué chévere poder volar ese avión de cuatro motores’, la aeronave que lleva esperanza a los colombianos porque entra a pistas no preparadas, a pistas cortas, vuela las 24 horas del día. Es un avión, por decirlo de esta manera, tropero, que en cualquier momento y en cualquier lugar puede llegar y llevarle una sonrisa a un colombiano”.
Precisamente por eso Díaz Bohórquez reitera que “ser piloto de un Hércules C-130 es mi segundo sueño, es un orgullo, un honor, un inmenso reto y una gran responsabilidad. El C-130 es un avión versátil. Ser la primera mujer al mando de esta aeronave significa y representa mucho para mí, personal y profesionalmente, porque permite abrir las puertas para las demás mujeres que pertenecen a la fuerza y para otras que aspiran a ingresar en la Escuela”.
En la Antártida
Sin embargo, la coronel acaba de cumplir otro sueño: ir a la Antártida y aterrizar allí. Lo hizo en el marco de la Quinta Campaña Antártica, que inició el domingo 22 de enero. Como primera mujer al mando e instructora de la C-130 Hércules del Comando Aéreo de Transporte Militar (Catam) recibió la transferencia de conocimiento necesaria para certificarse en misiones polares en el continente blanco.
Díaz hizo parte de esta campaña aérea de manera totalmente autónoma, bajo las condiciones naturales de este tipo de misiones como engelamiento, vientos fuertes y baja visibilidad.
De acuerdo con la FAC, la misión tuvo como objetivo proyectar a Colombia como un actor preponderante dentro del Sistema del Tratado Antártico (STA) para lograr participar de manera dinámica en las decisiones globales que se tomen sobre este territorio. De allí que la misión fue la oportunidad para materializar el trabajo de investigación, cooperación internacional y entrenamiento de Colombia en este continente, principal regulador del clima mundial en el que convergen todos los océanos del planeta, entre los que están incluidos el Pacífico y Caribe colombianos.
Recuerda que cuando le dijeron que iba al Continente Blanco a bordo del C-130 con un instructor piloto experimentó una felicidad impresionante. “Finalmente no es mucha la gente que puede llegar al territorio antártico. Inicialmente tuve un poco de ansiedad de saber cómo era la operación allá, de poder conocer ese espacio, de poder volar en ese tipo de condiciones extremas”, explicó.
“… Hicimos un entrenamiento previo en tierra, en el que se reciben ciertas capacitaciones y clases para poder llegar y cumplir el vuelo de la mejor forma, que fue como lo hicimos, y poder dejar en alto el nombre del país en la Antártida y el nombre de la Fuerza Aérea Colombiana”.
Para la coronel Díaz el aterrizaje en la isla del Rey Jorge es una experiencia inigualable, después de casi tres horas de volar desde Punta Arenas pasando por Tierra del Fuego, Cabo de Hornos y el Paso Drake, que es la más meridional de las rutas de comunicación entre el océano Pacífico y el océano Atlántico.
Explicó que el Paso Drake es un mar que tiene una serie de incidencias en las condiciones de vuelo por el choque de varias corrientes tropicales de alta y baja presión, que dificultan el aterrizaje.
La oficial agregó que recibió el entrenamiento en la Antártida, cuyas condiciones son consideradas por expertos pilotos como extremas. “Como todo ser humano se sienten nervios, pero prima el entrenamiento y la exigente capacitación para aterrizar en la Isla Rey Jorge, cuya pista tiene una extensión de 1.200 metros y está hecha en piedra. Si no se aterriza correctamente el avión cae en un acantilado”, explicó.
Recordó que cuando aterrizó el C-130 Hércules en el Continente Blanco, los vientos estaban sobre los 14 nudos y no cruzados; estaban de frente y prácticamente eran las condiciones óptimas para ejecutar la maniobra.
Dijo que se sintió como la piloto más feliz por ser la primera mujer en aterrizar un avión C-130 Hércules de la FAC en la Antártida. “Agradezco a Dios, a mi institución y a mi familia por ese momento tan determinante en mi carrera militar”.
Asegura que “es una sensación de orgullo impresionante. Siento que le estoy abriendo las puertas a las generaciones que vienen. Pero, definitivamente, es un orgullo grandísimo para mis hijos, para mis papás y para mí, porque llegar a la Antártida no es tan fácil, se han tenido que cumplir requisitos, pasar las pruebas y finalmente lo logré. Siento que es un orgullo muy grande para todas las mujeres de Colombia”.
Insiste en que “es una puerta para las generaciones de mujeres que vienen, para que vean que los sueños sí se cumplen, que definitivamente con dedicación, compromiso y, sobre todo, con perseverancia y la responsabilidad que tenemos nosotras, y todos los seres humanos, es que los sueños se cumplen. Por eso logré aterrizar en la Antártida sin ningún inconveniente, gracias a Dios”.