Los dos últimos finalistas de la Champions League se veían las caras por segunda temporada consecutiva en una eliminatoria de la Copa del Rey. No tuvo suerte el Real Madrid, que dominó desde el inicio pero encajó dos goles en dos jugadas aisladas de la segunda mitad. El primero en un penalti cometido tras un saque de banda y el segundo llegó de córner.

Mucho más merecieron los blancos en la primera mitad. El balón fue suyo y las ocasiones más claras también. De hecho, estuvieron cerca de desequilibrar el partido de ida en el primer minuto. James sacó un córner y Ramos remató de cabeza desde el punto de penalti, pero Oblak se lució. Doce minutos más tarde sí marcaron los madridistas en un testarazo de Bale tras una falta sacada por James, pero el tanto fue invalidado por fuera de juego del galés.

A partir de ese momento, el encuentro se trabó y hubo que esperar hasta el 39’ para que los blancos tuvieran una nueva oportunidad para marcar, la última de la primera mitad. Fue un tiro de Benzema desde la frontal que blocó Oblak.

Ya en el segundo tiempo, Marcelo dio un pase largo a la espalda de la defensa en el 52’ y Bale, de primeras, se inventó una volea con el pie derecho que cerca estuvo de sorprender al cancerbero rojiblanco. Todo se complicó en una jugada aislada. Raúl García cayó derribado en el área en un balón aéreo que llegó de un saque de banda y él mismo superó a Navas en el 57’ desde el punto de penalti.

Ancelotti decidió dar entrada a Cristiano Ronaldo por James cinco minutos más tarde, pero más difícil todavía se puso en el 76’. Gabi sacó el córner y Giménez marcó con un testarazo. Los blancos lo intentaron hasta el final, pero no tuvieron suerte de cara a gol. Toca remontar en el Bernabéu.