Tusquets editores presenta «Páginas Quemadas» del escritor Miguel Torres
Bogotá, 25 abril, 2023_RAM_Esta es una pequeña gran novela, pues es perfecta en su mecanismo y en su escritura. Su estructura es estupenda. Su narrativa, directa, sin ambages, pero escrita con gran belleza.
Don Antonio Moscoso pasa sus días en una oficina cultural de Bogotá como burócrata. Su oficio es quemar los manuscritos de los concursos literarios. Allí ha llegado tras una estancia en la cárcel, por un motivo que solo conocerá el lector si se atreve a entrar en una novela perfecta que, a no dudarlo, se quedará a vivir en su memoria para siempre.
Un buen día, Moscoso descubre, entre los manuscritos que suele leer, el relato de su propia vida. Especulando y ansioso de saber cómo será su final, este flaneur bogotano emprenderá una singular aventura en la cual encontrará dos mujeres, un suicidio y un asesinato del pasado que lo condena.
¿Es posible leer el relato de tu vida en las páginas de una novela a punto de ser incinerada?
El largo párrafo que da inicio a la novela lo retrata tal cual, hasta en el apellido, como si el escritor se hubiera propuesto escribir su biografía, sin conocerlo, sin tener noción de su oscura existencia, lo que hace que las coincidencias cobren un valor extraordinario para él».
«Tal vez en ese manuscrito que revela su presente y su pasado encuentre la clave de lo que será su futuro».
«A la cárcel llegó con una maleta y una caja de cartón con todo lo que le quedaba en la vida: unas mudas de ropa, algunos libros y tres fotos de Adelaida, entre ellas una del día de su matrimonio. Con ese mismo equipaje salió seis años después a buscarse una nueva vida, con el desconsuelo de que ya no tendría cómo recobrar la que había llevado hasta antes de haber ido a parar tras las rejas, cuando vivía con su esposa en armonía y con la ventaja de un empleo seguro como bibliotecario de un plantel del distrito».
«Al verla así, caminando alegre y sonriente de la mano de aquel hombre, rechacé de plano aquella visión. Lo que yo estaba viendo no podía ser real, Adelaida no podía hacerme eso a mí, al hombre que la amaba, al ser que hubiera dado su vida por ella sin dudarlo un solo instante. Pero sí, ahí iba ella en carne y hueso, y cuando los vi subir a un taxi lo primero que se me ocurrió fue tirármele a un bus que pasaba por la calle. Me quedé llorando en la acera, recostado contra una vitrina, y lo único que sentía eran unas ganas tremendas de morirme allí mismo».
«No volví a seguirla. En mi alma no quedaba un resquicio por dónde meterle más dolor a mi desolación. Desde ese día descuidé mi trabajo y no volví a llegar temprano a la casa. Llegaba tarde en la noche, calculando que la encontrara dormida. Adelaida despertaba, o fingía despertar, y me abrazaba, y entre besos y caricias, con susurros cargados de celos, unos celos que yo no atinaba a descifrar si eran reales o fingidos, se ponía a preguntarme dónde había estado, con quién andaba, por qué llegaba a esas horas y oliendo a trago, porque yo, que raras veces bebía, y cuando bebía lo hacía con ella en nuestras citas de amor, después de haberla seguido y haber visto en dónde se metía y lo que hacía con su amante, me iba todas las noches para algún bar a macerar mi desesperación».
«Después de todo esos malos recuerdos eran las páginas quemadas de un pasado ya muerto».
«Se queda mirando el portarretratos con la foto de Adelaida que ha puesto sobre la mesa. Sirve vino en la copa y prende la vela. Ese momento demanda un bolero. Se levanta y lo pone. Apaga la luz. Perfume de gardenias tiene tu boca, bellísimos destellos de luz en tu mirar. De regreso a la mesa alarga los brazos con las manos entrelazadas y se mueve como si estuviera bailando amacizado con Adelaida».
Miguel Torres
Miguel Torres nació en Bogotá y desde muy joven se vinculó a la actividad teatral. En 1970 funda el grupo de teatro El Local. Ha realizado numerosos montajes teatrales, entre ellos La cándida Eréndira, El círculo de tiza caucasiano, Bodas de sangre, El proceso y La siempreviva.
Es autor de las obras de teatro La siempreviva, seleccionada como una de las cinco obras más importantes del teatro colombiano del siglo XX, En carne propia (Primer Premio, Concurso Bogotá Historia Común, 1998), la versión teatral de su novela El crimen del siglo, y de los libros de cuentos Los oficios del hambre (1988), y Ladrón durante el alba (Beca de creación Colcultura, 1993). Con el guión adaptado de La siempreviva obtuvo el Premio Nacional de Guion en 1999. También ha publicado las novelas Amor ciego (2018, Premio Único del Concurso Internacional de Novela Imaginación en el Umbral, 1999), El crimen del siglo (2006, finalista del VIII Premio de Novela La Mar de Letras 2010, Barcelona), El incendio de abril (2012, finalista del Premio Nacional de Novela 2014, Colombia), La invención del pasado (2016, finalista del Gran Premio de la Asociación de Escritores del Caribe 2017, Guadalupe), Breve historia de un amor sin fin (2019) y La polvera (2021).