miércoles diciembre 18 de 2024

Regasificadora, respuesta a la crisis del gas

Por Dilian Francisca Toro Torres

La crisis ocurrida el mes pasado ante el cierre preventivo del gasoducto que surte al suroccidente colombiano, debido a un fenómeno geológico, es un fuerte llamado de atención frente a la necesidad de que se construya la planta Regasificadora del Pacífico, en Buenaventura, para beneficio de la región y del país.

Si bien la crisis energética logró superarse antes de lo previsto, lo cierto es que el impacto fue inminente. La emergencia afectó a más de dos millones de usuarios de los departamentos de Caldas, Risaralda, Quindío, Cauca, Valle del Cauca y Nariño, con serios perjuicios para la economía regional. Acodrés, por ejemplo, informó del riesgo que corrieron quince mil establecimientos, amenazando la estabilidad de cerca de cuatro mil empleos.

Eso sin contar que el 80% de las panaderías dependen del suministro del gas, y que tan solo en el Valle del Cauca, el 40% de sus industrias vieron afectadas sus operaciones, así como miles de vehículos de transporte público de la región. Así también, la suspensión de la distribución de gas puso en riesgo a miles de personas vulnerables que son atendidas en instituciones de salud, centros educativos, de reclusión o comedores comunitarios, entre otros.

Toda esta problemática nos indica la importancia que tiene consolidar la construcción de la Planta Regasificadora en Buenaventura, así como su respectiva conexión desde El Puerto hasta Yumbo. Se trata de un proyecto estratégico para el desarrollo de la región que impulsé durante mi gestión como Gobernadora del Valle del Cauca. La iniciativa permitirá refinar 400 millones de pies cúbicos de este combustible por día y almacenar cerca de 170.000 metros cúbicos de gas natural licuado, con lo cual se podría responder ante emergencias como las que se vivieron recientemente.

Son muchas las ventajas que ofrece este proyecto. Vale la pena recordar que en Colombia ocho de cada diez hogares utilizan diariamente este combustible que es considerado clave para la transición energética, al reducir un 40% las emisiones de carbono y 96% de material particulado, lo cual contribuye a la protección del medio ambiente.

Esto, sin contar que será un importante respaldo energético ante la progresiva reducción de las reservas de gas natural en el país, las cuales actualmente están calculadas tan solo para 7 años. Se trata de una situación que se agrava ante los anuncios del actual gobierno de no entregar nuevas licencias de exploración de petróleo y gas en el país. En contraste, la construcción de la infraestructura servirá para que haya confiabilidad por parte de los empresarios, atraerá más inversión para la región, va a generar más empleo y podrá ofrecer un mejor costo del combustible para los usuarios finales.

Es por eso que el anuncio de la adjudicación de esta obra, en agosto próximo, es una buena noticia. Sin embargo, en el sector inversionista se han presentado reparos frente a algunos aspectos contenidos en los pliegos de la licitación que podrían desestimular su interés en participar de ella. Esto, sumado a declaraciones que ha dado la ministra de Minas y Energías respecto a que considera que existen otros mecanismos de transporte de gas más importantes que este proyecto, una apreciación que no compartimos.

Ante esta situación hago un llamado a las fuerzas vivas, al bloque parlamentario de la región, a los representantes del sector público y privado, para que, trabajando unidos, logremos concretar una iniciativa que debe ser viable y eficiente económicamente; que aporte a la competitividad, al desarrollo económico y que, sobre todo, proteja a los usuarios frente a contingencias como las vividas con el cierre del gasoducto que sirve a la región. Igualmente, es fundamental que el Gobierno Nacional comprenda la importancia estratégica que tiene este proyecto.

No cabe duda, la planta Regasificadora del Pacífico representa un valioso respaldo al sistema energético del país, es una importante solución a los problemas de distribución del gas en el suroccidente colombiano y un proyecto estratégico para sacar adelante todo lo bueno que tiene esta región para ofrecer a Colombia y el mundo.

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