miércoles julio 17 de 2024

“Solo en año y medio se verán los resultados de la caída de la inflación”

15 junio, 2023 Económicas

El gerente del Banco de la República, Leonardo Villar,interviene en el congreso de la ASOBANCARIA

Cartagena, 15 junio, 2023_RAM_ “Solo en el primer trimestre del presente año vimos que la tendencia alcista de la inflación empezó a frenarse y apenas en abril y mayo empezamos a ver caídas importantes en esta variable. Hay que decir en cualquier caso que la inflación se encuentra aún en niveles inaceptablemente altos, muy alejados de la meta de 3% que ha establecido el Banco. Estamos apenas iniciando el retorno hacia esa meta, que esperamos tendrá lugar de manera gradual, pero firme, a lo largo del próximo año y medio y que pueda completarse para finales de 2024”.

De esta forma, el gerente del Banco de la República, Leonardo Villar, realizó un examen exhaustivo al comportamiento de la inflación, las tasas de interés y el crecimiento económico del país, durante su exposición en el congreso de Asobancaria.

El directivo dijo que quiso hacer esta disertación aprovechando el siglo que cumplirá el Banco de la República, el próximo 23 de julio. “Como lo dice el lema que hemos acuñado para estas celebraciones, se trata de «100 años» generando confianza”.

Respecto al manejo de las tasas de interés, Villar mencionó: “ha sido aumentada en forma drástica durante los últimos 18 meses, completando un aumento de 11,5% desde que comenzó el presente ciclo de alzas en septiembre de 2021. Se trata del proceso de ajuste más fuerte de la política monetaria que ha tenido lugar durante el presente siglo y desde que el Banco adoptó la estrategia de inflación objetivo que hoy guía nuestras decisiones”.

Sostuvo que “los efectos de ese aumento en las tasas de interés sobre la demanda agregada, las importaciones y el crédito, entre otras variables, empezaron a sentirse con claridad desde el último trimestre de 2022, un año después de que empezáramos a endurecer la política monetaria. Esos efectos son en general dolorosos y ciertamente impopulares. Y lo que hace las cosas más complejas, los impactos sobre la inflación se producen con un rezago aún mayor”.

Referente al tema de la inflación, señaló: “en mayo se ubica ahora en 12,36%, bajando casi un punto porcentual frente al 13,34% que teníamos en marzo”.

Aunque los precios de los alimentos presentaron reducciones absolutas en abril y mayo, resulta relevante destacar que la inflación anual sigue jalonada al alza por este rubro, que todavía en mayo muestra un incremento de 15,7% con respecto a un año atrás y 40,6% con respecto a dos años atrás.

“Esto ilustra que, a pesar de la corrección reciente a la baja, los precios relativos de los alimentos se encuentran todavía en niveles extraordinariamente altos y que las presiones inflacionarias sobre la canasta familiar que se acumularon en este frente fueron muy fuertes, afectando de manera especialmente crítica a los sectores sociales más vulnerables”, señala el directivo.

Indica que “en contraste con el ajuste a la baja en los precios de los alimentos, los rubros de la canasta familiar correspondiente a lo que llamamos ‘precios regulados’ han aumentado de manera particularmente fuerte en el período más reciente, pasando de crecer 11,7% anual en diciembre de 2022 a 15,7% en mayo de 2023”.

Además, asegura que “estos aumentos se explican en parte por los ajustes en la gasolina, que se hacen indispensables para la sostenibilidad fiscal tras un período largo en que estuvieron congelados (entre 2021 y el tercer trimestre de 2022), generando una deuda implícita de grandes dimensiones a cargo del gobierno nacional. Una lección de la experiencia con el precio de la gasolina es que no resulta conveniente tratar de combatir la inflación mediante el establecimiento de precios o tarifas que generan distorsiones sectoriales”.

Asimismo, insistió que “la persistencia de la inflación colombiana en niveles tan altos a pesar de que la demanda ya se está ajustando a la baja y los problemas de abastecimiento de alimentos se empiezan a resolver puede explicarse fundamentalmente por dos razones que han hecho particularmente difícil la tarea del Banco de la República: En primer lugar, las altas tasas de inflación observadas en 2021 y 2022 desencadenaron mecanismos de indexación que hacen la inflación más persistente”.

Uno de estos mecanismos, sostiene el gerente del emisor es que “el ajuste anual en el salario mínimo, en los dos últimos años ha sido considerablemente más alto que la inflación observada. Se incluyen también los mecanismos de ajuste en las tarifas de muchos servicios públicos y la regla según la cual los arrendamientos vigentes pueden ajustarse automáticamente con base en la inflación observada el año anterior”.

Afirma que “todos estos mecanismos de indexación pueden tener sus justificaciones particulares, pero reducen la efectividad de contar con una meta de inflación prospectiva y probablemente obligan a una política monetaria más restrictiva de lo que se requeriría en otro caso para tener éxito en la política antiinflacionaria. Aun así, debo decir que los modelos del equipo técnico del Banco sugieren que la inflación básica empezará a reducirse de manera importante en los próximos meses en respuesta a la política monetaria restrictiva que hemos adelantado”.

Otro elemento que destaca Villar, es el de la tasa de cambio: “el segundo factor que ayuda a explicar la mayor persistencia que ha tenido la inflación en el caso colombiano en comparación con otros países es la depreciación del peso. Ciertamente, la tasa de cambio ha tenido un fuerte ajuste a la baja en las últimas semanas que seguramente contribuirá a hacer más fluido el proceso de reducción de la inflación”.

Precisa que, “sin embargo, aún con ese ajuste, la comparación con otros países de la región deja al peso colombiano como una de las monedas que más se han depreciado en los dos últimos años. Con cifras al viernes pasado (9 de junio), pese a una apreciación del peso de más de 13% en lo corrido del año, la depreciación en los últimos doce meses se acercaba al 9% y en los dos últimos años superaba el 16%. Esta última cifra de depreciación del peso contrasta con apreciaciones nominales de las monedas de Brasil, México, Perú, Costa Rica o Uruguay en el mismo período”.

Entre las perspectivas a mediano plazo, el gerente del Banco de la República expuso:

“Las expectativas de los analistas encuestados en el sondeo que hizo el Banco de la República en mayo muestran la inflación cayendo a 6,9% a un año vista y a 4,1% a dos años vista. Esta expectativa implicaría la reducción más fuerte de la inflación en los cien años de historia del Banco.

Debe reconocerse, sin embargo, que esa reducción es algo más demorada de lo que tenemos como meta en la medida en que los analistas contemplan una tasa de inflación de 5% para fin de 2024, cuando nosotros esperamos ya estar dentro del rango meta de 3% +/-1%. Por supuesto, esperamos que los analistas y los mercados vayan ajustando a la baja sus expectativas en la medida en que sigamos viendo resultados favorables, como los que tuvimos para los meses de abril y mayo”.

Sostiene que “el endurecimiento de la política monetaria y el consiguiente aumento en las tasas de interés ‒como lo dije al comienzo‒ empezó a manifestarse desde los últimos meses de 2022. Así, el valor en dólares de las importaciones pasó de crecer a tasas cercanas o superiores a 40% hasta el mes de agosto de 2022 a mostrar tasas de crecimiento anuales negativas entre noviembre de ese año y marzo de 2023, que es el último mes para el cual tenemos información. El déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos bajó del 6,2% del PIB en 2022 a 4,2% del PIB en el primer trimestre de 2023 y se espera que para el conjunto del presente año sea aún más bajo a pesar de que los precios de nuestras exportaciones han experimentado un retroceso considerable”.

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