martes julio 16 de 2024

¿Cuándo recuperará Colombia el grado de inversión?

Ministerio de Hacienda, Ricardo Bonilla concede entrevista sobre situación económica del país

Bogotá, 28 junio, 2023_RAM_En mayo de 2021 Colombia perdió el grado de inversión luego de que Fitch y Standard & Poor’s recortaran la calificación de crédito hasta el nivel de BB+, tras casi una década en que la deuda del país mantuvo una consistente tendencia al alza y el país encaró el choque económico de la pandemia en 2020 en una posición fiscal relativamente debilitada.

Desde ese momento, uno de los objetivos que las autoridades han establecido ha sido la recuperación del grado de inversión mediante la estabilización y recuperación de las finanzas públicas.

Sin embargo, esta posibilidad está lejana. No en vano esta situación incrementó el pago de intereses del país por la deuda. En 2022 se pagaron $ 42 billones por el servicio de la deuda de unas obligaciones totales de $ 956 billones, es decir casi US$ 200.000 millones.

Jim Cielinski, director Global de Renta Fija de Janus Henderson, dice que “el nivel de deuda pública y su costo de servicio son realmente importantes para la sociedad, ya que afectan a las decisiones sobre fiscalidad y gasto público y plantean cuestiones de equidad generacional. Desde la crisis financiera mundial, los gobiernos han pedido prestado con una libertad asombrosa. Los tipos de interés cercanos a cero y los enormes programas de expansión cuantitativa de los bancos centrales han hecho posible una expansión tan grande de la deuda pública, pero los tenedores de bonos exigen ahora mayores rendimientos para compensar la inflación y los riesgos crecientes, y esto está creando una carga significativa y cada vez mayor para los contribuyentes. La transición hacia unas condiciones financieras más normales está resultando un proceso doloroso”.

Por su parte, Alexander Ríos, analista principal de Inverxia, indicó que “para este Rollover de deuda ‒que vencía en 2023 y 2024‒ el financiamiento está costando un poco más. Entonces, es interesante saber si se hizo el ejercicio de comparar el costo de intereses de aquí en adelante versus lo que se pagaba en intereses en 2023 y 2024”.

La renegociación

Por otro lado, en noviembre pasado, Colombia emitió un bono global con vencimiento en 2033 por US$ 1.624,2 millones, de los cuales utilizó una parte para canjear títulos que vencen en los próximos dos años y dejará el restante en caja para pagar obligaciones que vencen en el 2023, informó el Ministerio de Hacienda.

El bono fue colocado a un rendimiento de 8,125% y recibió demandas por US$ 4.200 millones. El ministerio explicó que del monto colocado utilizará US$ 319,3 millones para sustituir un bono global de marzo de 2023, US$ 381,1 millones para otro de febrero de 2024 y US$ 218,2 millones para un título global de mayo de 2024.

En ese sentido, Jorge Restrepo, docente de economía de la Universidad Javeriana, se refirió a la operación de refinanciamiento y consideró que los intereses que cobraron por el bono de US$ 1.624 millones no son benéficos para las finanzas de Colombia.

“Colombia volvió a endeudarse para refinanciar, a largo plazo, vencimientos a corto plazo; la tasa de interés que pagó alcanzó 8,13% en dólares, un costo de deuda más de dos veces del que tenía la deuda refinanciada (2,6% y 4,0%). El costo de la deuda pública para Colombia está tan caro como lo que paga una familia por una hipoteca en Estados Unidos o Colombia. Endeudarse a esas tasas es malo para todos los colombianos”, expuso el profesor.

Posibilidades

Sobre esta base y luego de que el Gobierno publicara el Marco Fiscal de Mediano Plazo 2023 hace algunas semanas, la duda sobre la posibilidad de recuperar el grado de inversión y el momento en que se podría lograr se mantiene sobre la mesa.

La respuesta a ese interrogante es el punto de partida para entender la importancia que tiene el llamado ‘Grado de inversión’, la calificación que perdió esta nación en mayo de 2021, por parte de firmas como Standard & Poor’s y Fitch Ratings.

En visita esta semana a Nueva York del Ministerio de Hacienda, Ricardo Bonilla, junto con el director de crédito público de la cartera de las finanzas públicas, José Roberto Acosta, sostuvieron un encuentro con las calificadoras, donde se revisaron las condiciones y los ajustes aplicados a la política nacional, en busca de corregir lo que motivó la rebaja en la calificación.

No obstante, la recuperación del grado de inversión, el cual permitiría que Colombia tuviera acceso a créditos más baratos en un momento de altas necesidades de recursos para invertir, no sería tan rápida, según confirmó Acosta desde Nueva York.

“Será un proceso demorado. Pero desde el gobierno consideramos estar actuando en la dirección correcta: ajuste fiscal, focalizando gasto de inversión social y en infraestructura. Todo ello, en línea con metas de reducir pobreza y mejorar la equidad, dos temas cruciales que son motor de crecimiento sostenible”, indicó el director de crédito público.

Las calificaciones

La última vez que Colombia perdió su grado de inversión fue en 1999 y se tardó 12 años en recuperar la calificación. De acuerdo con Julio Romero, economista jefe de Corficolombiana, si el Gobierno hace el ajuste fiscal necesario, se podría recuperar el grado de inversión en dos o tres años

Standard & Poor’s (S&P) rebajó hace dos años la calificación crediticia de Colombia, de BBB- a BB+ con perspectiva estable, con lo cual el país ‒tristemente‒ perdió el grado de inversión que mantuvo por más de una década.

Fitch Rating también hizo lo suyo, mientras que Moody’s, la tercera de las grandes calificadoras del mundo, le mantuvo la calificación y, de hecho, se la ratificó recientemente, no sin antes advertir que había que estar alerta con el déficit y la deuda del país, además de enfatizar en la necesidad de avanzar en las reformas sociales.

Los riesgos

Sin embargo, los riesgos para 2024 y el mediano plazo no son menores.

De acuerdo con los investigadores del Bancolombia, y al analizar la gestión para recuperar las notas positivas de las calificadoras, “ante esto y dadas las necesidades de desarrollo social, consideramos que, si bien en Colombia no se deberían fijar los esfuerzos de las políticas públicas únicamente en las finanzas, sí deben ser consideradas de forma prudente y lo más realista posible en la definición de las medidas que se propongan ‒desde el punto de vista de los ingresos y costos asociados‒”.

Señalan que “en particular, lograr resultados fiscales que impidan que la deuda pública crezca (como porcentaje del PIB) debe ser un objetivo, no únicamente con dar cumplimiento justo a las metas que establezca la regla fiscal, sino incluso con esfuerzos adicionales en los momentos en que sea necesario ‒en particular en un contexto en el que las altas tasas de interés pueden hacer que el pago de intereses del país sea tal que, a pesar de que se cumpla la meta fiscal, en algunos años el nivel de deuda podría crecer‒”.

En las metodologías de calificación de riesgo se mide no solo la capacidad del país para cumplir con sus obligaciones –respecto a capacidad económica, balanza de pagos, flujos de inversión o estabilidad económica–, sino también el funcionamiento de las instituciones y la estabilidad política.

“Un país puede tener dinero o capacidad de pago, pero si sus instituciones son renuentes a pagar, sería una nación de alto riesgo”, señala Camilo Díaz, profesor de mercado de capitales y banca de inversión de la Facultad de Ciencias Económicas (FCE) de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).

Capacidad de pago

Como la calificación crediticia es una especie de nota de las agencias sobre la capacidad que tiene un deudor de pagar sus deudas, la pérdida del grado de inversión implicará que los prestamistas extranjeros cobren mayores tasas de interés para darle crédito a Colombia, pues hay mayor percepción de riesgo de impago. De esta forma, el Gobierno tendrá que usar un mayor porcentaje del presupuesto en el pago de la deuda. Este mismo efecto se extendería a la deuda privada.

Precisamente, por la mayor percepción de riesgo, algunos analistas prevén que haya una disminución en la inversión extranjera directa que llega al país, pues los inversionistas preferirían colocar su capital en países donde el riesgo sea más bajo.

Otra de las implicaciones que tiene la pérdida del grado de inversión en el corto plazo es una reacción más especulativa en los mercados, que se traduciría en aumentos en el precio del dólar, en las tasas de interés de los TES y en las primas de riesgo.

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