martes julio 16 de 2024

Luto en el arte mundial por el falleció maestro Fernando Botero

15 septiembre, 2023 Arte, Internacionales

Fernando Botero

Mónaco, 15 septiembre, 2023_RAM_Hay luto en el mundo cultural por el fallecimiento, a los 91 años de edad, del colombiano Fernando Botero tras complicaciones de salud, en Mónaco,quien impuso un estilo artístico al manejar en sus pinturas y esculturas los volúmenes de sus figuras, por lo que fue conocido como “el maestro de las gordas”

El artista colombiano nació en Medellín el 19 de abril de 1932. Además, era el segundo de tres hijos. Fue fruto del matrimonio de David Botero Mejía y Flora Ángulo Jaramillo. Por lo revelado, murió en principado de Mónaco.

El ícono del arte colombiano y mundial falleció en su residencia del principado de Mónaco, donde residía desde años atrás.

Sophia Vari y Fernando Botero FotoTwitter @Banrepcultural

Nacido en Medellín en 1932, Fernando Botero fue el segundo de los tres hijos de la pareja formada por David Botero Mejía y Flora Angulo de Botero. Aunque en su juventud estuvo durante un corto lapso de tiempo en la Academia de San Fernando en Madrid y en la de San Marcos en Florencia, su formación artística fue autodidacta. Sus primeras obras conocidas son las ilustraciones que publicó en el suplemento literario del diario El Colombiano, de su ciudad natal.

A los 19 años viajó a Bogotá, donde presentó su primera exposición individual de acuarelas, gouaches, tintas y óleos en la Galería Leo Matiz, y con lo recaudado vivió algún tiempo en Tolú. De su estancia allí saldría el óleo Frente al mar, con el que obtuvo el segundo premio de pintura (retribuido con dos mil pesos) en el IX Salón Anual de Artistas Colombianos.

Posteriormente viajó a Europa, donde residió por espacio de cuatro años, principalmente en Madrid, Barcelona, París y Florencia. Aunque ingresó en las academias antes mencionadas, siguió formándose a base de leer, visitar museos y, sobre todo, pintar, como él mismo diría. Luego viajó a México, Nueva York y Washington en un período de febril creación y escasos recursos económicos, acompañado de su esposa Gloria Zea. De nuevo en Colombia, Botero compartió el segundo premio y medalla de plata en el X Salón de Artistas Colombianos con Jorge Elías Triana y Alejandro Obregón. Su óleo Contrapunto fue alabado por los críticos unánimemente por su alegría contagiosa.

La camera degli sposi obtuvo el primer premio en el XI Salón Nacional celebrado en septiembre de 1958; subtitulado Homenaje a Mantegna, el cuadro era una libérrima recreación de la obra homónima del pintor italiano Andrea Mantegna. En esta obra Botero logró deshacerse de una lejana influencia del muralismo mexicano y dirigirse, sin titubeos y por medio de su admiración a los artistas del Renacimiento italiano, hacia la consolidación de lo que alguien llamó el «boteroformismo».

Entre 1961 y 1973 fijó su residencia en Nueva York. Luego viviría en París, alternando su residencia en la capital francesa con largas estancias en Pietrasanta o su finca en el pueblo cundinamarqués de Tabio. Hacia 1964, Fernando Botero hizo sus primeras incursiones en el campo escultórico con obras como Cabeza de obispo, figura que, hecha en pasta de aserrín y con ojos de vidrio, tenía claras reminiscencias de la imaginería colonial barroca.

Fernando Botero

A partir de 1975, en Pietrasanta, se dedicaría a la escultura con entusiasmo. En 1977 expuso sus bronces por primera vez en el Grand Palais de París. Tras cuatro decenios de labor ininterrumpida, su reconocimiento en el campo escultórico se hizo también universal. Apoteósica fue la exposición de sus enormes esculturas en los Campos Elíseos en París durante el verano de 1992, y en el año siguiente en la Quinta Avenida de Nueva York, en Buenos Aires y en Madrid.

Convertido ya en uno de los artistas vivos más cotizados del mundo, Botero siempre alzó  la voz contra la injusticia. Ejemplo de ello la pintura que realizó sobre las torturas cometidas por los marines en la cárcel iraquí de Abu Ghraib (2003). Presentada en 2005 en el Palacio Venecia de Roma, la fuerza turbadora de esta colección de cincuenta lienzos atestiguó además que el pulso y la creatividad del artista no ha menguado en absoluto con los años.

Su legado artístico es tan vasto como variado, ya que con sus pinceles y moldeado en bronce plasmó diferentes temas. Inclusive, las santas de la Iglesia Católica fueron inmortalizadas en sus pinturas, ya que realizó una colección de 16 cuadros, la mayoría de los cuales donó.

Sus voluminosas figuras fueron conocidas por el mundo entero y llegaron a lejanos países para engalanar sus calles, como en China.

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