jueves julio 18 de 2024

¡Silencio!, el mundo lee al Gabo

06 marzo, 2024 Libros

Bogotá, 6 mar (Prensa Latina) Cuando Gabriel García Márquez, nuestro eterno Gabo, hubiera celebrado hoy sus 97 cumpleaños, al mundo le antonja perderse en su maravillosa prosa, esa que seduce a la imaginación e invita a viajar de la mano de su realismo mágico.

El admirado escritor colombiano, Premio Nobel de Literatura, también es recordado este día por el lanzamiento en varios países de su novela póstuma En agosto nos vemos.

Las historias del Gabo conducen a vivir las emociones en Macondo de Cien años de soledad, a enfrentar los episodios más contradictorios a través de Crónica de una muerte anunciada, o a desafiar terribles dolencias para soñar y querer junto a El amor en los tiempos del cólera.

Aquel pueblito de la geografía colombiana nombrado Aracataca parecía invisible ante los ojos de muchos, sin embargo, su historia y riqueza florecerían luego de aquel 6 de marzo de 1927, cuando las manecillas del tiempo marcaron la existencia de uno de sus hijos más ilustres.

Como obra del destino y entre esos misterios de la vida difíciles de explicar, transcurrió la infancia del virtuoso narrador, quien se apropió de sus relatos familiares para plasmarlos tiempo después en las páginas de innumerables clásicos que prestigian la literatura contemporánea más representativa de América Latina.

La principal influencia que impulsó al autor hacia la búsqueda de una corriente literaria poco tradicional fue su abuela, al contarle los episodios más insólitos y aterradores con una tranquilidad asombrosa.

De aquel hogar, repleto de crónicas, augurios y supersticiones, nacieron textos como El coronel no tiene quien le escriba (1961), Los funerales de la Mamá Grande (1962), su obra cumbre Cien años de soledad (1967), El otoño del patriarca (1974), Crónica de una muerte anunciada (1981), El amor en los tiempos del cólera (1985) y El general en su laberinto (1989). Estas y otras novelas convirtieron al artífice de la pluma en uno de los mayores exponentes del realismo mágico.

Merecedor además de innumerables galardones: Doctor honoris causa de la Universidad de Columbia en New York (1971), el Premio Rómulo Gallegos por Cien años de soledad (1972), la Medalla de la Legión de Honor de Francia en París (1981) y el Nobel de Literatura (1982), entre otros.

Aunque su pasión por la literatura fijó el rumbo de su extensa trayectoria, dedicó parte de ella al periodismo con colaboraciones para el diario El Universal de Cartagena, el periódico local El Heraldo de Barranquilla y El Espectador de Bogotá.

Luego del triunfo de la Revolución cubana, en 1959, viajó a La Habana para fungir como corresponsal de la Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina, creada en esa época con el objetivo de transmitir la realidad de Nuestra América en contraposición a los medios noticiosos occidentales.

El séptimo arte fue otra de las expresiones artísticas que despertó curiosidad en este autor, llevándolo a desempeñarse como guionista, crítico y maestro.

Aunque se opuso a que Cien años de soledad fuera plasmada en la gran pantalla, sí permitió la adaptación de otras novelas suyas como El coronel no tiene quien le escriba (1999), El amor en los tiempos del cólera (2007) y Memoria de mis putas tristes (2011).

Quizás el mayor agasajo para un escritor sea la entrega incondicional de su público, ese lector ávido de buscar en cada historia el amor olvidado, la esperanza perdida o el consuelo oportuno. Estas y otras experiencias son inevitables en los encuentros con el Gabo.

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