La agonía del pasaporte sigue
Jorge Hernán Peláez
Diario La República
En septiembre del año pasado el canciller Leyva por orden del presidente Petro canceló la licitación de pasaportes. Dicha Licitación llevó a una demanda multimillonaria por parte de Thomas Greg & Sons a cuenta del ciudadano común que terminará pagando una indemnización. Para completar el circo, el secretario general destituido Martínez “revivió” esa licitación creando problemas adicionales y más argumentación para que Juan Pablo Estrada, abogado contratado por los hermanos Bautista de Thomas Greg, incremente el valor de la indemnización.
Los colombianos seguimos teniendo pasaportes gracias a un contrato de urgencia manifiesta con un término de 12 meses que se termina el 3 de octubre de este año. La justificación para hacer un contrato de un año, en su momento fue que el Gobierno necesitaba un tiempo para preparar una licitación con especificaciones de libre competitividad y el ganador si es que es diferente a Thomas requiere al menos de siete meses para implementar la solución.
Pasaron los meses, el fondo rotatorio de la cancillería emitió una licitación en la cual expresaron interés más de 19 empresas, fueron radicadas aproximadamente 550 preguntas y la entidad en vez de sacar adelante el proceso lo suspendió. Actualmente por instrucción del canciller encargado Murillo la pausa hasta hoy es de dos meses. Considerando que un proceso licitatorio cuenta con 4 etapas: Investigación de mercado, prepliegos, pliegos definitivos y adjudicación en esta nueva etapa el proyecto de licitación no ha pasado de los prepliegos. Esto quiere decir que el camino es largo y no se han dado los primeros pasos.
Hubo muchos rumores alrededor de la Imprenta Nacional de Colombia como posible solución interadministrativa. Si la Imprenta toma la responsabilidad de emitir tan importante documento es porque van a tumbar la segunda licitación del todo. Ahí aparecerán nuevas demandas. En los estatutos y responsabilidad de la Imprenta se encuentra ese rubro y la entidad tiene una alianza firmada con la empresa mexicana Accesos Holográficos que también ha sido mencionada en varios medios. Accesos Holográficos claramente no tiene la experiencia requerida ni las referencias para implementar un contrato de esta magnitud. Igual el tiempo que cualquier proponente requiera ya se pasó y el canciller Murillo tiene otras prioridades como las elecciones circenses en Venezuela y su inminente retorno a la Embajada en Washington como se lo explicó a periodistas colombianos recientemente en una rueda de prensa. Mejor dicho Murillo se desentendió del todo del proceso.
Cuando llegue el mes de octubre Colombia podría no tener un contrato. ¿Quién es el ganador de este tema? El único que se terminará beneficiando es nuevamente Thomas Greg & Sons al cual le otorgarán forzosamente otro contrato o le extenderán el actual por un tiempo limitado para que esta agonía se prolongue al menos unos seis meses más. Alternativas son pocas, considerando el tiempo de implementación y fabricación de un documento de alta seguridad que cumpla con los requerimientos internacionales. No vaya a ser que el gobierno vaya a solucionar con un sello en el pasaporte que extiende la fecha de vencimiento como ha pasado en Venezuela, Perú, República Dominicana, Nicaragua y otros.