EEUU, huracanes y el cambio climático
Washington, 9 oct (Prensa Latina) Debido al cambio climático, los océanos cálidos proporcionan hoy una enorme fuente de energía para que las tormentas se fortalezcan y crezcan, según análisis científicos que circulan mientras el huracán Milton extiende sus bandas sobre Estados Unidos.
Más del 90 por ciento del calentamiento global de las últimas décadas se ha producido en los océanos y los huracanes aprovechan al máximo esa energía extra, reseñó la cadena CNN.
La intensificación rápida, cuando la velocidad del viento de un huracán aumenta unos 56 kilómetros por hora en un día, resulta más común por el cambio climático.
Helene se intensificó muy rápido de categoría 2 a categoría 4 solo unas horas antes de azotar el área por donde entró en Florida; sin embargo, Milton ha sido una de las más veloces en ganar fuerza al alcanzar la categoría máxima de 5 en el golfo de México.
De acuerdo con los estudios, el agua excepcionalmente cálida del golfo de México que potenció al mortífero huracán Helene el mes pasado fue hasta 500 veces más probable precisamente por el calentamiento global causado por la mano del hombre.
Helene tocó tierra en la región de Big Bend de Florida el 26 de septiembre y en su camino dejó una estela de devastación de unos 805 kilómetros a través de seis estados: al menos 230 muertos, un número indeterminado de desaparecidos e inundaciones sin precedentes.
El agua sobre la que pasó Helene antes de impactar en territorio del sureño estado era alrededor de 3.6 grados más elevada que el promedio.
También el cambio climático empeoró el viento extremo y la lluvia torrencial que acompañaron a Helene. Se calcula que las velocidades del viento en el litoral de Florida fueron un 11 por ciento más intensas y aumentaron la lluvia en casi 10 por ciento, destacó la investigación publicada este miércoles.
Los huracanes tan intensos como Helene ahora son alrededor de 2.5 veces más probables en la región, advirtió el estudio al especificar que donde antes se esperaban cada 130 años en promedio, ahora podrían ocurrir una vez cada 53 años.