El separatismo escocés: ¿será el ganador de las elecciones generales británicas?
Por: Isaac Bigio
Según la encuestadora You Gov la gran ganadora del debate del 2 de Abril entre los 7 líderes de los partidos que compiten para las elecciones generales del 7 de Mayo fue la premier escocesa Nicola Sturgeon. Ella obtuvo el 28% de aprobación frente a 20% de Nigel Farage del UKIP, 18% del primer ministro David Cameron, 15% del laborista Ed Milliband, 10% del vice-premier liberal Nick Clegg, 5% de la verde Natalie Benett y 4% de la nacionalista galesa Leanne Wood.
Otras 3 encuestadoras dieron resultados diferentes, pero ninguna de ellas dio un porcentaje de aprobación tan alto a un candidato como ésta.
Sturgeon tiene tremendo nivel de popularidad pese a que su Partido Nacionalista Escocés (SNP) solo compite por las 59 bancas que Escocia tiene en el Parlamento Británico, el cual tiene en total 650 escaños. Es decir, en las 591 curules restantes el SNP no presenta candidatos.
Esto significa que el SNP solo candidatea por el 9% de las 650 plazas del parlamento. No obstante podría ganar en la inmensa mayoría de éstas.
En todos los sondeos hechos desde noviembre pasado el SNP bordea entre el 41% y el 52% de las intenciones de voto en Escocia, mientras que en ese mismo lapso el laborismo ha oscilado entre el 24% y 31%, los conservadores entre el 10% y 18%, los liberales entre el 3% y el 7% y el UKIP entre el 1% y 7%. El margen de ventaja del SNP frente al que va segundo ha estado entre el 10% al 28%.
Recordemos que el sistema británico no se basa en la representación proporcional sino en quien gana más distritos electorales. Esto implica que con ese nivel de ventaja el SNP ya se estaría asegurando la mayoría de las 59 bancas escocesas.
En las elecciones pasadas del 2010 el laborismo no tuvo un margen electoral tan alto pero obtuvo 40 de las 59 curules por Escocia, algo que el SNP ansía con sobrepasar.
Los conservadores hace tiempo la pasan muy mal en Escocia. En este parlamento solo colocaron a un parlamentario, pero en los 3 anteriores que van de 1997 al 2010 no tuvieron ninguno.
Los liberales, que en el 2010 tuvieron a 11 de los 59 parlamentarios escoceses, ahora parece que no podrán retener en ese país ninguno de sus escaños mientras que su líder Clegg, quien candidatea en Sheffield, al norte de Inglaterra y no tan lejos de Escocia, no tiene asegurada su reelección.
Escocia ha sido el baluarte del laborismo. En ese país nacieron sus últimos dos primeros ministros (Blair y Brown) y 40 de sus actuales 256 parlamentarios fueron electos por Escocia.
El auge del SNP va a generar varios shocks en todo el sistema británico:
1) Puede impedir que el laborismo, si ganase, logre mayoría absoluta.
2) Puede hacer que el liberalismo se desplome como parte de un proceso que podría hacer que este partido co-gobernante pierda la mayoría de sus actuales 56 parlamentarios.
3) Puede transformar al SNP, un partido que quiere dividir al Reino Unido, en el gran elector del nuevo gobierno del Reino Unido.
Si en las pasadas elecciones los liberales con apenas un 8.5% del parlamento se convirtieron en el gran elector que inclinó la balanza en favor del conservadurismo, esta vez el SNP podría heredar tal lugar, aunque su número de bancas no sea tan grande.
Algo que se nota en el debate electoral es que el SNP no levanta ahora el slogan de la independencia y se concentra en cuestiones netamente económicas y sociales apelando al público de los otros 3 países que también conforman al Reino Unido.
El SNP, el Partido de Gales y los Verdes son los únicos tres partidos liderados por damas y entre ellos buscan conformar una suerte de ‘polo progresista’.
Los tres plantean que, en caso que hubiera un referendo sobre pertenecer o no a la Unión Europea, ellos votarían a favor de seguir en ésta y solo aceptarían separarse de la UE siempre y cuando esa decisión fuera refrendada en los 4 países que componen el Reino Unido, algo que haría imposible una eventual salida. El planteo de apartarse de la UE es fuerte en Inglaterra, donde el UKIP tiene tanta audiencia, pero no en Irlanda del Norte, Gales y Escocia.
El SNP busca liderar un polo que se oponga a nuevas medidas de austeridad, que haga retroceder el alza de matrículas universitarias (que en Escocia son gratuitas) y que defienda beneficios sociales y al NHS.
El SNP está en camino de multiplicar por 5, 6, 7 ó más su actual bancada de 6 parlamentarios en Westminster. Esto haría que por primera vez en la historia los 3 grandes partidos británicos (laborista, conservador y liberal) quedasen marginados en Escocia. Desde siempre los 18 curules de Irlanda del Norte van para partidos locales. Un sismo del SNP haría que los partidos tradicionales británicos solo ganasen en Inglaterra y Gales, donde el Partido de Gales pele solo el tercer puesto.
Después que el 18 de septiembre todos los grandes partidos británicos se unieron para evitar la división del Reino Unido, la victoria que ellos obtuvieron se torna pírrica. El SNP que perdió por solo 10 puntos en el referendo por la separación de Escocia ahora lidera incluso dentro de los 40 distritos electorales escoceses que en el 2010 escogieron a parlamentarios laboristas. Esto último implicaría que el SNP podría ganar 28 de esos 40 curules haciendo que el laborismo pierda más del 10% de sus actuales parlamentarios a nivel nacional reduciéndose a solo 12 por Escocia.
Mucho en Reino Unido se ha hablado sobre el ascenso del UKIP, pero este partido de extrema derecha, no podrá sacar muchas curules y viene socavando a los conservadores. Si el SNP se impone fuertemente en Escocia éste sí pudiese estar en capacidad de empujar al nuevo gobierno a una agenda más social y pro-europea.
Si el SNP gana la mayoría de los 59 parlamentarios por Escocia eso no implicaría que dicho partido co-gobernaría pues hay otras posibles combinaciones. Los liberales, aunque pierdan la mayoría de sus bancas, aún ansían mantenerse en el poder ya sea con Cameron o con Milliband, por ello ellos son tan duros contra el SNP al que acusan de querer sabotear al Reino Unido por dentro en una operación semejante a la que se dio en el proceso de división de los Balcanes.
Mientras tanto, el SNP se perfila como la gran sorpresa de las elecciones británicas.