Bogotá necesita quien la quiera gobernar
Por Ricardo Galán
Terminó Semana Santa y con ella el primer trimestre del año. Es tiempo de empezar a pensar en las próximas elecciones.
Aunque octubre nos parezca lejano, seis meses se pasan volando y no es buena idea dejar nuestra decisión para última hora. Por lo menos en Bogotá.
En las últimas tres elecciones los bogotanos no hemos tomado decisiones acertadas. Me atrevería a decir que hemos sido irresponsables con la ciudad.
Presumiendo de demócratas permitimos que Bogotá se convirtiera en una especie de laboratorio de pruebas para que la izquierda demostrara que era capaz de gobernar con criterios de igualdad, equidad, eficiencia, eficacia y transparencia. Principios que sus partidos y candidatos suelen defender y reclamar a los gobiernos cuando están la oposición, legal o ilegal, pero que olvidan a la hora de gobernar. Con excepciones, claro está.
La cruda realidad es que ya en el gobierno los dirigentes de izquierda han resultado igual o peor de incompetentes y corruptos a los de partidos tradicionales. Tan interesados en sacar provecho para ellos, sus familias y sus amigos como los gamonales de siempre. Tan dados a los negocios, al uso y al abuso con los bienes del Estado como ellos.
Los bogotanos no nos podemos volver a equivocar. No importa si Luna, Galán y Peñalosa se ponen de acuerdo. Tampoco si los verdes se dividen en dos o tres fracciones. Si a Rafael Pardo lo apoya o no la Unidad Nacional en pleno. Si los conservadores presentan candidato. Más allá de todos esos juegos de poder, quienes vivimos, trabajamos y pagamos impuestos en la ciudad tenemos una inmensa responsabilidad, elegir a una persona capaz de poner a Bogotá en el camino correcto.
No podemos elegir a una candidata que miró hacia otro lado mientras su Jefe en complicidad con compañeros de gabinete, parientes, socios y amigos saqueaba la ciudad. No podemos elegir a un candidato que convirtió el medio de comunicación a su cargo en la oficina de prensa de su campaña.
Tampoco podemos elegir a quien comparte la idea de que la equidad consiste en nivelar por lo bajo aplastando a la clase media porque tiene un apartamento y un automóvil, a punta de impuestos, prohibiciones, discriminaciones y restricciones.
Tenemos que elegir Alcalde de Bogotá a una persona capaz de tomar decisiones y asumir las consecuencias. De pensar en el bien común y no en las encuestas. Dispuesta a ejercer autoridad y restablecer el orden. Es decir, capaz de gobernar.
Quienes vivimos y votamos en Bogotá no podemos permitir que la ciudad siga siendo utilizado como laboratorio experimental o plataforma de lanzamiento.
Bogotá necesita un alcalde que quiera ser Alcalde de Bogotá y no Presidente de la República.
Bogotá es la Capital de Colombia y como tal debe ser respetada, tratada y gobernada.
