VII Cumbre de las Américas: el despertar de Estados Unidos frente América Latina
Twitter@villocol
Sin una declaración final, la VII Cumbre de las Américas que se cumplió en Panamá, dejo en claro no solo la tensión entre Venezuela y Estados Unidos, sino también la nueva relación de la Casa Blanca con América Latina y como protagonista principal; el presidente de Cuba Raúl Castro, quién se salió del protocolo, para hablar desde el corazón, lo que ha significado para su país, el llamado bloqueo económico.
En esencia, fue una Cumbre distinta. Un Cumbre que pasará a la historia, por la forma como la diplomacia logro lo que por años parecía imposible. Que los presidentes de los Estados Unidos Barack Obama y de Cuba Raúl Castro, se dieran la mano e iniciarán un camino de construcción diplomática y comercial, que con el paso del tiempo se traducirá en la apertura de Embajadas en Washington y en La Habana, y la puesta en marcha de una relación bilateral que hoy tiene “más preguntas que respuestas”.
Lo cierto, es que Barack Obama se hizo sentir en casa. Es decir en América Latina. Mientras que el presidente Nicolás Maduro de Venezuela, se concentró en hablar a los “cuatro vientos” de las 13 millones de firmas -que nunca se vieron- para llamar la atención del Jefe de Estado norteamericano, para que cambie su posición frente a un país, que registra la más aguda crisis económica y social. Donde sus ciudadanos son desplazados en su propio país, por la ausencia de la canasta familiar, servicios médicos y las mínimas condiciones para edificarse como personas y como comunidad.
Lo que sucedió en Panamá, es también el cambio de posición geopolítica de Cuba frente a Venezuela, gracias a su apertura al diálogo con Washington. Fue una Cumbre llega de tensiones. De dificultades, cuyo verdadero resultado, se evaluará con el paso del tiempo. Que además, tendrá repercusión en la carrera a la presidencia a la Casa Blanca.
El gran interrogante que se abre paso, es si Raúl Castro, acompañado por su hermano Fidel, están dispuestos a jugársela el todo por el todo, frete a la nueva acción diplomática de Obama con Cuba. Si se traducirá en cambios reales que cimienten la democracia. Lo que queda claro es que fue la VII Cumbre de las Américas, fue el escenario de la recomposición de relaciones diplomáticas, pero no el triunfo de la revolución, como lo dijo en su momento el presidente de la Isla. Como dice la canción: Amanecerá y veremos. Quién ganó y quién perdió. Y cuál va hacer el papel de los ciudadanos, en este mosaico que se desprende de la cita continental. A propósito de este comentario usted que piensa E mail [email protected]