El Brasil de Neymar y la Colombia de James se vuelven a encontrar
SANTIAGO — El Brasil de Dunga suma 11 triunfos en 11 partidos, y, más al punto, tiene un 100 por ciento de efectividad en juegos importantes, tras haber arrancado su campaña de la Copa América con una victoria por 2-1 sobre Perú.
Pero lo definió muy tarde… y el gol de la victoria de Douglas Costa justo sobre la hora debe haber dividido a los neutrales. Muchos deben sentir lástima por Perú, porque no logró aferrarse al empate que quizá merecía; su actuación ciertamente fue admirable, o al menos mucho mejor de lo que se podía esperar tras su escasa preparación.
Pero muchos más deben haberse deslumbrado con el pase magnífico de Neymar, una sutil entrega de costado que dejó fuera de juego a toda la defensa peruana y alcanzó a Costa justo para el gol. Es cierto que el lateral izquierdo suplente Yoshimar Yotun bien podría haber sido capaz de interceptar el pase si no hubiera estado parado con el brazo en el aire, pidiendo en vano el offside.
Pero eso ya sería quisquilloso. El balón de Neymar fue tan imaginativo como sencillo, un toque de calma en espacios reducidos y momentos decisivos que, salvando las distancias, nos recordó a Pelé en su madurez.
Pero Neymar tiene apenas 23 años, y aún le falta madurar. En el primer tiempo incluso pareció correr peligro de no durar los 90 minutos. Recibió una tarjeta amarilla por quitar el spray en un tiro libre, y uno se preguntaba si le darían otra; quería una falta por cada marca que le hacían, y parecía estar en curso de colisión petulante con el árbitro.
Afortunadamente para su equipo, y para el espectáculo, pareció calmarse durante el entretiempo. Neymar parece haber prosperado bajo la responsabilidad de haber sido nombrado capitán; y la medida en la que Brasil depende de él como fuerza ofensiva es bastante sorprendente.
Pero si este partido se definió gracias a su gran estrella, no debemos dejar de mencionar al héroe anónimo, cuya importancia se hizo más evidente durante su ausencia.
Brasil perdió una pieza muy importante de su rompecabezas cuando Luiz Gustavo se retiró lesionado. Fue reemplazado por Fred, un centrocampista trabajador que está jugando bien. Pero de ninguna manera fue un suplente equivalente. Luiz Gustavo era el único mediocampista de contención natural del equipo. Sin él, Fernandinho tiene que adaptar su juego, cambiando de lo que en la jerga brasileña se conoce como segundo hombre a primer hombre en el mediocampo.
Esto no le sienta del todo bien. El principal activo de Fernandinho es su capacidad pulmonar. El mediocampista de contención necesita otras habilidades: timing para el tacle, por supuesto, pero sobre todo inteligencia posicional. Si baja demasiado, el equipo contrario tiene tiempo y espacio para pasarse el balón frente a la defensa de Brasil. Y si sale en busca de la pelota, se abre un hueco frente a los defensores centrales.
Ambas fueron un problema contra Perú, – y será fascinante ver cómo se desempeña Fernandinho el próximo miércoles contra un equipo de Colombia que necesita recuperarse de su derrota terriblemente decepcionante por 1-0 ante Venezuela.
Hay algunas similitudes con Brasil, en cuanto a que la actuación de Colombia tuvo mucho que ver con la gran estrella del equipo y con el héroe anónimo ausente. Pero la versión colombiana de la historia tiene un giro muy diferente.
El centro delantero Radamel Falcao volvió a competir con su país por primera vez desde el cierre de la última campaña de clasificación para la Copa Mundial en 2013. El entrenador José Pekerman le dio la bienvenida de regreso al equipo con la capitanía, un gesto diseñado para hacer que el delantero se sienta importante después de sus batallas contra las lesiones y una temporada decepcionante con el Manchester United.
Sin embargo, a diferencia de Neymar, Falcao no fue capaz de inclinar la balanza; en gran parte por el flojo equilibrio del plantel colombiano. Pekerman ha aprendido por experiencia que no es una buena idea usar a Falcao solo arriba. Él trabaja mejor con un compañero. Carlos Bacca era la elección evidente, aunque este rol requiere que baje un poco para unir la jugada, lo cual en realidad no es su función. La consecuencia de dos delanteros es un mediocampo de cuatro hombres; y aquí, en el medio del terreno de juego, la gran ausencia de Colombia por lesión fue Abel Aguilar.
Algunos no ven con claridad las virtudes de Aguilar, pero deberían haber resultado muy evidentes después de ver a Colombia trastabillar durante 90 minutos sin él. La dupla en el centro del mediocampo fue Carlos Sánchez y Edwin Valencia, dos mediocampistas de contención capaces de correr, marcar y cerrar espacios, pero que ofrecen muy poco en términos de creación de jugada.
El juego prolijo de Aguilar une las líneas, lo que le permite a James Rodríguez tomar la posesión más arriba en el campo de juego. Ahora Colombia parecía incapaz de hacerle llegar el balón, problema exacerbado por el hecho de que los laterales Camilo Zúñiga y sobre todo Pablo Armero no parecían estar en óptimas condiciones físicas.
Rodríguez a menudo tuvo que reducirse a bajar demasiado para poder meterse en el juego. Y sin opciones creativas en el mediocampo, Colombia sólo pudo recurrir a una serie de balones largos para alcanzar a sus delanteros, algo completamente inesperado de un equipo de Pekerman.
¿Cómo reaccionarán los colombianos frente a Brasil el miércoles? James Rodríguez parecía muy frustrado, y buscará tener mucho más impacto contra un oponente al que conoce muy bien. Hace un año, Brasil se enfrentó a Colombia en un caliente partido de cuartos de final del Mundial, aquel en el que Neymar sufrió la lesión que lo dejó fuera del resto del torneo. Casualmente, Luiz Gustavo también estuvo ausente ese día, suspendido después de recoger dos tarjetas amarillas en partidos anteriores.
Así que fue un duelo entre James Rodríguez y Fernandinho, quien improvisaba en el papel de mediocampista de contención una vez más. Fernandinho lidió con el talentoso joven colombiano a fuerza de patadas por toda cancha.
La batalla se reanudará este miércoles por la noche.