Por las malas, ni a la esquina El desafío de las FARC no es contra el gobierno de Juan Manuel Santos, es contra todos los colombianos.
Por Ricardo Galán
Según las Farc debemos escoger entre aceptar su propuesta de cese el fuego bilateral, cuya consecuencia más probable es la prolongación indefinida de los diálogos de La Habana o reiniciar una guerra que no estamos seguros de poder ganar.
O aceptamos su versión de paz a cuenta gotas o asumimos las consecuencias de su terrorismo demencial. Ninguna de las dos.
Aceptar el cese el fuego bilateral significa entregarles una zona de confort de la que no van a querer salir. No sólo porque podrán seguir enriqueciéndose e intercambiando droga por armas y pertrechos por si acaso, sino porque desde allí ejercería un poder muy parecido al cogobierno.
Pararse de la mesa no parece ser una opción porque, como bien lo recordó el Presidente Juan Manuel Santos, el país aceptó negociar en medio de las balas y no resulta coherente romper el proceso de paz ante una ola terrorista por cruda, insensata, salvaje y desproporcionada que nos pueda parecer.
¿Qué camino coger? Confieso que me ha sorprendido la incapacidad de nuestras fuerzas militares y de policía para reaccionar ante las últimas salvajadas de las Farc. Las veo desinformadas, lentas, inseguras, desorientadas. Cómo si no entendieran cual es el momento y cuál es su papel.
La explicación podría estar en la falta de Jefe. De un Ministro de Defensa en ejercicio pleno de poder. Juan Carlos Pinzón ya piensa, habla y actúa como embajador. Y Luis Carlos Villegas sigue en Washington enviando señales de que llegará con cúpula militar propia. El efecto práctico es un mando más ocupado en empacar que preocupado en combatir.
Y entonces, ¿qué hacer? Aguantar.
Esperar y confiar en que las Farc asimilen el muy claro mensaje enviado por el Comandante en Jefe desde Roma mientras hace cola en El Vaticano para recibir la bendición de Su Santidad: por las malas, ni a la esquina.
El gobierno, dijo el Señor Presidente, ni se para de la mesa, ni cederá al cese el fuego bilateral. Las Fuerzas Militares tienen la orden de contraatacar.
Amén