Para las Farc, las capturas por atentados en Bogotá son un montaje judicial
La guerrilla de las FARC criticó este sábado la “detención arbitraria” de dirigentes sociales en Colombia a raíz de las explosiones que sacudieron el jueves a Bogotá, y subrayó que con esa práctica el gobierno “agudiza la confrontación y genera desconfianza”.
“La delegación de paz de las FARC se solidariza con el Congreso de los Pueblos con ocasión de la detención arbitraria de dirigentes y activistas”, señaló la guerrilla en un comunicado, publicado en el portal de su delegación de paz en La Habana.
La guerrilla indicó que “rechazamos esa actitud del Estado, que en lugar de abrir caminos hacia la reconciliación cierta, agudiza la confrontación social y genera desconfianza”.
Bogotá se vio sacudida el pasado 2 de julio por explosiones en dos puntos de la ciudad, que dejaron 10 heridos leves y daños materiales.
En tanto, la Fiscalía informó el viernes que encontró elementos para imputar “los delitos de terrorismo, rebelión, lesiones personales agravadas y daño en bien ajeno” a 13 de las 15 personas detenidas el miércoles en conexión con las explosiones y que definió como presuntos miembros de células urbanas de la guerrilla ELN.
“De nuevo asistimos a un montaje judicial en donde la principal víctima es la democracia. Con la excusa de los petardos detonados en Bogotá, el aparado judicial estigmatiza y criminaliza a los luchadores sociales”, dijeron este sábado las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas).
Las detenciones de los supuestos responsables de los atentados han generado críticas y protestas en Bogotá, donde familiares y compañeros de los capturados aseguran que se les está incriminando en el caso por sus tendencias izquierdistas, sus relaciones o lugares de estudio.
El ELN, con unos 2.500 integrantes en sus filas, es el segundo grupo insurgente de Colombia, después de las FARC (8.000 efectivos), que negocian desde noviembre de 2012 en La Habana con el gobierno de Juan Manuel Santos un acuerdo de paz que ponga fin al conflicto armado colombiano, que ha dejado en más de medio siglo unos 200.000 muertos.