martes julio 16 de 2024

Discursos que animan

17 enero, 2014 Opinión

esteban jaramillo

Por Esteban Jaramillo Osorio

Pasadas las fiestas (¡ y que fiestas¡) empiezan los aficionados a involucrarse en los planes del Once Caldas para la temporada 2014. La austeridad forzada, por el aún dudoso futuro jurídico (otra vez la Dian)   impide la construcción de un equipo que le de fuerza  a las  objetivos. El contenido, pese a la seriedad y dedicación con que entrena sus esquemas tácticos y su puesta a punto en la parte física, arroja algunas dudas. No entro el Once en el festín de compras y ventas planteado por otros clubes. Al contrario, volvió a apretarse el cinturón lo que hace ligera su nómina.

De arreglarse el problema con la recaudadora de impuestos, lo que se ve posible por las gestiones adelantadas, con fecha limite al 31 de enero, las directivas tienen el mandato primordial de iniciar el pago de acreencias, mirando de reojo y con prudencia, la posibilidad de hacerse fuerte en sus refuerzos. Pese a ello, son varios los ajustes realizados. Los jugadores elegidos, en su mayoría en zonas defensivas, no pueden ser una acumulación de nombres, sino soluciones grupales que animen al hincha, con propósitos ambiciosos. Aquellos que llegan tienen el compromiso de marcar diferencias, de  apuntalar el proyecto, de aportar soluciones.

Eso sí, la calamidad quedó  atrás; los encargados de hundir al barco, sin pudor, ya no están, a pesar de su esfuerzo disimulado por meterse en los asuntos del club. El ambiente es distinto al de hace un año. La directiva trabaja ahora con otras metas, corrigiendo los errores por la inexperiencia con que arrancaron su gestión. La sensación que se percibe es la de un proceso lento, pero distinto, con discursos serios, sin  entrar en despilfarros. La situación no lo admite. Queda entonces la expectativa por ver el equipo en acción. Se espera un cuadro sólido en lo táctico, con actitud y sacrificio, demoledor en la altura, para sobrellevar las debilidades de nómina, respecto a otros clubes.

Se entrecruzan razón y corazón. Todos queremos un equipo grande, con potencial colectivo y no incierto e irregular como el del año pasado. Hay fe… Hay confianza.

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