miércoles julio 17 de 2024

Vocablos de guerra

16 julio, 2015 Opinión

Germán Cepeda Giraldo

Por Germán Cepeda Giraldo

Cuando escuché a mi padre decir, entre otras cosas,: «… este Gobierno va a desescalar el conflicto» y «… habrá desminado conjunto», corrí a buscar un diccionario porque, para mí, era desconocido el vocablo escalar. Y en cuanto a «desminar» creía que era sacarle las minas a un esfero o a un lápiz.

Encontré un libro grande y desvencijado, como un árbol viejo al que se le van cayendo las hojas, donde aparecen varias acepciones (significados) para escalar y minar, el primero es un verbo transitivo que para los propósitos del gobierno quiere decir: entrar, no siempre por las buenas, a sitios vedados; y minar, el segundo, significa: enterrar artificios explosivos para contener el avance del enemigo (minas quiebrapatas, que llaman).

Una vez conocido el significado de tales palabrejas, procedí a buscar «des» que figura como una partícula (prefijo) que se le antepone a las palabras para dar a entender dismución. Es decir entendí, escuchando hablar al señor Presidente, que en adelante nuestras FF.MM., cuando vayan a hacer las paces con los guerrilleros, van a disminuir, poco a poco, su fuerza operacional.

Desescalar, viéndolo bien, es como bajarle volumen a un radio que debido a su estridencia solo permite oír los ruidos que emite. Desminar es limpiar un camino para que podamos andar a «pata pelá», sin que nos duelan los callos.

Mientras que para el Presidente de los colombianos la paz toca a la puerta y está muy cerca, y que desescalar el conflicto no quiere decir que vaya a decretar tregua bilateral, es decir, que las fuerzas armadas dejen de disparar contra los delincuentes; y el Ministro de Minas dijo, en tv., que: «… por primera vez en la historia, llevamos siete meses produciendo más de un millón de barriles de petróleo por día». Pues acaba de morir el soldado Wilson de Jesús Martínez tratando de realizar un desminado, y los guerrilleros insisten en hechos vandálicos como dinamitar oleoductos, afectando a miles de campesinos que viven cerca a los vertederos de agua y que, por ende, necesitan del líquido que les es vital; asesinan sin miserisordia a miembros de las FF.MM,  con su accionar, la guerrilla no demuestra ninguna voluntad de paz; son como la langosta, por donde pasan solo producen asolamiento.

El Presidente dijo, además, en una entrevista a Claudia Gurisatti, que «hay que aprender a reconciliarse» y «que el senador Uribe en su propuesta (aislar a las Farc-EP) era sensato».

En definitiva, el Primer Mandatario va a darle a la guerrilla de las Farc-EP, 4 meses de plazo para firmar la paz.

Amanecerá y veremos.

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