Charles Chaplin: Los 100 años de Making a Living
Se cumple un siglo desde que Charles Chaplin estrenara Making a Living, un cortometraje conocido como Ganándose el pan o Charlot periodista, que supuso el debut del emblemático personaje.
En esta pieza de menos de quince minutos Charles Chaplin daba vida a un falso aristócrata inglés que se hace pasar por reportero. El estafador llega al lugar en el que se ha producido un accidente de coche y se hace con la cámara de un reportero para vender en el periódico la foto como su primicia.
Un debut en el que no vemos a Charlot con su característico bombín y bigote. En ‘Making a Living’ el personaje porta un sombrero de copa y un bigote de una longitud bastante más generosa que la del mostacho que con el paso de las décadas se convertiría en un icono mundial.
Esos rasgos irían perfilándose en sus siguientes cortometrajes y los muchos otros trabajos que filmaría encarnando a Charlot, el vagabundo pícaro y de buen corazón que malvive arrancándonos un puñado de sonrisas y alguna lágrima mientras desgrana lecciones de vida y dignidad.
El director del cortometraje con el que debutó Charlot fue Henry Lehrman. Y lo suyo fue un flechazo… con retardo. De hecho se dice que en Making a Living cortó algunas mejores escenas de Chaplin ya que que en un principio le convencía este nuevo actor de bigote y sombrero.
Chaplin y Lehrman resolvieron rápidamente sus diferencias y crearon dos cortos más en la misma semana que filmaron el primero: Mabel’s Strange Predicament (Charlot en el hotel) y Kid Auto Races at Venice (Carreras sofocantes). Será en ellos donde ya veríamos al Chaplin vagabundo que pasaría a la posteridad.
Precisamente ahora, cuando se cumplen 100 años del corto en el que debutó Charlot, la editorial italiana Edizioni Cineteca di Bologna ha sacado a la luz la única novela que escribió el cineasta y en cuyo argumento se basa la película Candilejas.
El relato inédito, que Chaplin escribió con 58 años, ha permanecido guardado durante 66 años desde que se escribió, según ha explicado la editorial, y constituye “un caso único en la carrera de Chaplin, que llama la atención por la vivacidad de su estilo, el equilibrio narrativo y la libertad con la que va del estilo coloquial de la acción al aire dickensiano en la descripción de los personajes”.
Según explican los responsables de la edición del texto, el argumento se basa en el “breve pero decisivo” encuentro que Chaplin mantuvo con el bailarín ruso Nijinsky y en sus vivencias en el mundo del teatro londinense.
Además del relato de 34.000 palabras, el libro está ilustrado con documentos y fotografías inéditas que han sido rescatadas del Archivo Chaplin y de “rarísimos testimonios iconográficos” de cómo era Londres durante los años de la juventud y la educación del artista.