BLANCO Y NEGRO Paz sin paredones
Por Gabriel Ortiz
Cuando sobre el histórico S-23, un alegre sol permanecía en el firmamento, cuando el país saboreaba las mieles de una paz que venía persiguiendo y anhelando desde hace 60 años, y cuando la mayoría de las generaciones colombianas estaban convencidas de que por fin verían el esperado día blanco de la reconciliación, los pesimistas y agazapados enemigos, buscaban la manera de dar un puntillazo certero al alegre amanecer de una nación, de una sociedad, de un mundo, que buscaban ese objetivo.
El Papa Francisco, los Estados Unidos a donde realiza su visita pastoral, las naciones del mundo, reconocidas organizaciones nacionales e internacionales y un orbe sensato, alabaron los logros de las negociaciones de La Habana y las consideraron valiosas para los procesos actuales y futuros para la paz en el mundo.
Con un discreto estrechón de manos, dos adversarios han logrado poner fin a un conflicto de tantos años y detener el desangre y el terror que ha frenado el desarrollo de una sociedad ávida de paz, vida y tranquilidad.
Los negociadores, brillantemente comandados por Humberto de la Calle y los de una guerrilla, que a pesar de no haber sido derrotada, logró por fin entender que era necesaria una paz reparadora, llegaron a los acuerdos que Colombia esperaba desde hace 60 años. Y se pactó el inicio de una paz que será firmada el 23 de marzo del 2016, sin impunidad, ajustada a la justicia internacional. No se trataba de acudir a paredones o mazmorras para castigar los crímenes que de parte y parte se han cometido, sino de complacer a un planeta, a un continente, a una nación, a un conglomerado al que han rociado con sangre por décadas.
Estos seis meses, o menos que nos restan para la firma final, estarán llenos de escollos, porque “manos negras”, extremistas e intransigentes internos, estarán envenenando a despistados compatriotas, convencidos de que aún podemos ganar una guerra.
Estamos en un momento que debemos aprovechar, en una oportunidad que no podemos dejar pasar, simplemente para satisfacer a unos señores de la guerra, de la confrontación, de la intolerancia, que solo piensan en las banderas que han perdido. Las víctimas, la sociedad y el país entero tendrán su recompensa. ¡Es nuestra hora! ¡Reconciliación señores!
BLANCO: La fuerza pública, también se beneficia con la Paz.
NEGRO: Y siguen cierres de la frontera por parte de Maduro.