Impuesto mundial para el cambio climático financiaría transición hacia una economía no fosilizada: Petro

Cochabamba, 11 de Octubre_ RAM_  El alcalde Mayor de Bogotá, Gustavo Petro, explicó en Cochabamba la propuesta de la “Carta de Bogotá” de crear un impuesto mundial a las transacciones de capital privado con el fin de financiar la mitigación del cambio climático y un cambio del modelo económico.

“La primera propuesta es, ¿de dónde va a salir la plata para adaptar los territorios al cambio climático en todo el planeta y para cambiar la economía fósil por una economía limpia? Se necesita de un inmenso fondo mundial, que hoy las Naciones Unidas está tratando de crear pero con aportes voluntarios de Estados. Los Estados no tienen el dinero. La única manera de financiar ese fondo a través de los Estados es endeudándonos más, y el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional han dicho que ese fondo debe moverse con  criterios de rentabilidad, es decir, un absurdo. Nosotros dijimos no, en Bogotá dijimos no, hay que poner un impuesto a los capitales especulativos que son transnacionales, se mueven por todo el planeta, y que suman ochenta veces más que la producción de los países de la tierra”, dijo el mandatario capitalino.

Para Petro, el conflicto entre mercado y vida se tiene que resolver de forma progresista, lo que significa una decisión política, tanto de países productores como consumidores, para regular el mercado especulativo, y desde allí tener los recursos necesarios para la adaptabilidad, y sobre todo, para que los países productores de carbón, gas y petróleo como Colombia, Venezuela o Bolivia, tengan nuevas fuentes de producción basadas en el conocimiento y la tecnología.

“Los problemas de la pobreza se solucionan a partir de adaptar los territorios al cambio climático, de ordenar los territorios alrededor del agua. Tendríamos la palanca financiera si somos capaces como poder público en alianza mundial de poner este impuesto, seríamos capaces de financiar no solamente la adaptabilidad sino el cambio de las economías”, explicó Petro.

Así, una de las funciones de este fondo monetario, producto del impuesto al capital privado, sería que los países productores de combustibles fósiles pudieran tener la misma rentabilidad que producen estas actividades económicas mientras se hace una transición a un nuevo paradigma económico y político, junto con un compromiso de los países consumidores de cambiar sus lógicas.

“Pues de este fondo que nosotros proponemos, en mutuo acuerdo con todo el mundo, puede salir un dinero para la transición de nuestras economías hacia economías intensivas en conocimiento y alejadas por completo de la producción y extracción de materias primas no renovales con alto contenido dañino como el petróleo y el carbón”, propuso el mandatario.

El alcalde explicó que el modelo, desarrollado por el premio nobel de economía James Tobin, es técnicamente posible, pero se necesita de una voluntad política para hacer una gobernanza mundial pública que regule el mercado, imponga el impuesto y lo lleve a un fondo público de escala global.

“Los países que producimos petróleo y carbón, más todos los países del mundo debemos hacer una alianza mundial para buscar que una de las conclusiones de París sea precisamente crear esa transacción mundial, que puede ser regulada por el FMI o por una nueva entidad multilateral de tipo democrático, compuesta por naciones y por sociedad civil”.

 Petro destacó la propuesta del gobierno de Bolivia de crear un tribunal internacional de justicia climática, pues va en el mismo sentido que lo propuesto desde la “Carta de Bogotá”. Además, reconoció la importancia de encuentros como el que se realiza en Cochabamba, que busca llevar propuestas a la Conferencia Internacional sobre Cambio Climático en París (COP21).

“Es muy importante, solo se están haciendo cumbres de gente con intereses en la economía fósil. Los pueblos no han sido convocados por esas cumbres y estos esfuerzos, el de Bogotá y el de Cochabamba son los únicos que se están haciendo con algunos gobernantes de cara a construir la alianza de pueblos, de movimientos sociales, que en realidad son los que pueden presionar a esta gente poderosa para cambiar el paradigma”, dijo Petro.

El mandatario capitalino afirmó que a la cita de la COP21 en París no deberían llegar solo delegados diplomáticos, sino un millón de personas pertenecientes a los movimientos sociales de todo el mundo, para exigir compromisos claros por parte de los gobiernos y los gremios participantes.

“A París no deberían llegar tres mil delegados diplomáticos, sino un millón de personas, una especie de nueva comuna que pudiera gritarle a estos funcionarios, a estos gobernantes que este es el momento de tomar decisiones. Es el movimiento social a escala global es el que tiene la fuerza, la decisión y la presión. Por eso lo que se ha hecho en Cochabamba y lo que se hizo en Bogotá el 22 de septiembre va por el camino correcto”, puntualizó Petro.

«A París no debemos ir como invitados, debemos ir como un pueblo organizado para defender la vida»: alcalde Petro

El alcalde Mayor de Bogotá, Gustavo Petro Urrego, aseguró que la convocatoria para la COP 21 en París, la deben hacer los pueblos reunidos en la II Conferencia Mundial de Pueblos sobre el Cambio Climático, que se adelanta este fin de semana en Bolivia.

«A París deben llegar un millón de personas de los pueblos del mundo para presionar, una comuna para salvar la vida. A París no debemos ir como invitados, debemos ir como un pueblo organizado para defender la vida», expresó el mandatario.

Esta iniciativa del alcalde Petro de llevar una Comuna de los Pueblos a París fue asumida también por la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC).

El burgomaestre también se refirió a la batalla que se libra actualmente contra los cambios que el clima ha presentado en el mundo y afirmó: «La lucha contra el cambio climático es una lucha social. No es la burocracia la que va a decidir el futuro de la humanidad».

«Se trata de elegir entre capital y humanidad», manifestó Petro, en relación a la creación del Tribunal Internacional de Justicia Climática y de la Vida, que se está debatiendo durante la conferencia en Bolivia.