domingo noviembre 17 de 2024

Indiferencia cobarde

10 marzo, 2014 Opinión

esteban jaramillo

Por Esteban Jaramillo Osorio

Herida nuestra sensibilidad de aficionados por la desilusión de Colombia ante Túnez, es hora de afrontar la crítica con seriedad y valentía. Reconocidos son los comentaristas que explican las debilidades inesperadas en la selección, con argumentación firme que le da contenido a sus opiniones, a sabiendas de que serán, irremediablemente, tildados de apátridas o enemigos del proceso. Preferible esto a ser señalados por viajar en el avión del engaño, confundiendo apoyo con lealtad fingida o conformismo. La autenticidad de la confianza, de mi confianza, no está en crisis. Pero es hora de rebobinar el juego anterior y de mirar hacia atrás para espulgar las razones por las cuales la selección ofreció tan pálida imagen, en contraste con la exuberancia de su futbol de hace un año que encantaba y seducía. Sobre todo, si los protagonistas son los mismos.

Dice Pekerman, en sus mañas verbales, que es un irrespeto hablar de plan b o c, en el caso Falcao. Invierte el profesor las prioridades porque irrespeto es no plantear soluciones a la ausencia del tigre. Demostrado quedo que no hay quien se asome a la condición del samario en la nómina actual y que urgentes son las soluciones grupales y de funcionamiento, a su incomparecencia.

Colombia, en el partido pasado, fue un mosaico que se encendía y apagaba, sin unidad de gremio, que no supo salir del juego trabado por carencia de ideas, con desajustes defensivos que demostraron falta de entrenamiento y memoria operativa.

No podemos hipnotizarnos con la historia reciente porque, para ir al mundial, requerimos un modelo de juego con eficacia e inteligencia, sin convocatorias forzadas por influencia externa o por temor a hablar claro, algo tan típico de muchos entrenadores argentinos tan amantes de los discursos acomodados y presumidos.

Colombia hoy está jugando con lo justo. Su repertorio se ve agotado, no tiene variantes confiables ni sorpresa en las maniobras creativas. James, Cuadrado, y punto…

No es hora de cortarnos las venas ni darle la espalada al técnico y al equipo. Pero urgente resulta recuperar la confianza, si es el caso con nuevas convocatorias.

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