Internacionalista, comunicador social y periodista, experto en marketing político y marketing de ciudad

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Cuando el 22 de noviembre se cierren las urnas en Argentina, si los ciudadanos le apuestan a la continuidad con Daniel Scioli o abren la puerta a un nuevo ciclo político con Mauricio Macri. Mientras ese momento llega, la sociedad más “europea de América Latina”, se encuentra en una aguda polarización frente al primer balotaje presidencial de su historia, que pondrá fin a 12 años de Gobierno de kirchnerismo que se alejó de Estados Unidos, marcó distancia con el “viejo continente” y fue aliado de la Revolución Bolivariana del fallecido Hugo Chávez, lo que condenó al país a la desaparición de la clase media.

En lo particular, -recorriendo las calles de Buenos Aires y Rosario- logre percibir que los argentinos, sin pedir permiso a nadie. Desafiando el discurso del miedo, en las urnas apoyará abrir al país a un nuevo ciclo político, representado por un hombre con un pasado, como presidente del club de fútbol Boca Juniors –que se coronó campeón el 1 de noviembre-. Los ciudadanos, reconocen que ese anhelo de cambio los compromete y los responsabiliza.

Durante la era del “”kirchenirsmo” los argentinos sintieron que perdieron el país. Que ya no es suyo. Que nos les pertenece. La razón. Se convirtió en un simple “escaparate”, con desigualdades crecientes, con precariedad en la educación, en la vivienda, en el agro. Al punto, que quedó al servicio de unos pocos.

Los argentinos –encabezados por las nuevas generaciones- se cansaron de las instituciones opacas. No fueron escuchados. La función público es más de una década se convirtió en un negocio privado. Un sentimiento, que se va hacer sentir en las urnas. Lo que quieren los argentinos del siglo XXI es más y mejor democracia. Democracia política y también democracia económica.

Que se fortalezca la institucionalidad, que Argentina recupere su posición en la política exterior. Que se fortalezca el Estado, con presencia en las provincias, en las empresas, en los lugares de trabajo. En una palabra, Argentina debe recuperar su lugar en un mundo globalizado,. Recuperar su norte y en lugar que tuvo, a partir de devolverle la credibilidad a la política.

Lo anterior significa, que Mauricio Macri, es a los ojos de sus conciudadanos la mejor opción para llegar a la Casa Rosada. Su tarea inmediata será el reformar las instituciones, cambiar el modelo económico. Convertirse en un presidente al servicio de los ciudadanos conforme a los criterios del bien común.

Porque la realidad que existe en Buenos Aires y sus alrededores, es que hay barrios de primera y de segunda. Hay gente sin casas y casas sin gente. Porque salir del país se volvió un “dolor de cabeza”. Porque Argentina no sólo fútbol y tango. Porque hay una generación, no quiere sentirse extranjero en su propio país. Por eso, Mauricio Macri tiene la posibilidad de alcanzar la Jefatura del Estado.