Gobierno y las Farc buscan nuevo acuerdo en medio de desconfianzas
Los negociadores de paz del Gobierno colombiano viajaron este miércoles a La Habana para reanudar este jueves los diálogos con las Farc con el trasfondo del reciente secuestro y asesinato de dos policías a manos de esa guerrilla y del malestar con el que terminó el anterior ciclo.
La delegación oficial, encabezada por el jefe negociador Humberto de la Calle, ya partió de Bogotá hacia la capital cubana.
Las negociaciones, cuyo vigésimo primer ciclo se cerró el pasado 6 de marzo con un cruce de críticas, serán retomadas este jueves para tratar de llegar a un acuerdo sobre el tema de las drogas ilícitas, el tercero tratado en este proceso.
Esta fase de las conversaciones ha estado marcada sin embargo por acontecimientos y declaraciones que merman la confianza que debe rodear un proceso de esta naturaleza.
Primero fueron las críticas que las Farc hicieron en la capital cubana al ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, por «los escándalos de corrupción» en las Fuerzas Armadas, que llevaron a De la Calle a hacer un fuerte pronunciamiento en el que pidió a esa guerrilla «menos declaraciones y más acuerdos» pues están «minando la confianza» en los diálogos.
Esa confianza sufrió otro golpe este martes con el hallazgo de los cadáveres de dos miembros de la Policía que estaban desaparecidos desde el pasado sábado en una zona rural de Tumaco, en el departamento de Nariño, crimen del que las autoridades culpan a la Columna Móvil Daniel Aldana de las Farc.
El hecho de que los dos policías, el mayor Germán Méndez Pabón y el patrullero Edílmer Muñoz Ortiz, hayan sido secuestrados cuando estaban de civil y torturados antes de ser muertos a tiros, fue condenado por el presidente Juan Manuel Santos quien lo definió como un «vil asesinato» y prometió que ese crimen «no va a quedar impune».
Las Farc no se han manifestado aún sobre este caso que ha causado repudio en el país y que, según especialistas, es un acto grave por más que las partes hayan acordado negociar sin un cese al fuego previo.
Para analistas consultados por Efe, a las Farc les falta generar más confianza y entender el momento histórico en que están con las negociaciones de paz después de 50 años de conflicto armado, y el asesinato de los policías no contribuye a la credibilidad del proceso.
En la misma tónica se manifestó el vicepresidente colombiano, Angelino Garzón, quien en una carta abierta dijo que el comportamiento de las Farc «sigue siendo contradictorio, porque mientras en La Habana hablan de paz, en Colombia asesinan a humildes policías».
«Primero los secuestraron y luego los asesinaron a sangre fría, violando así todas las normas del Derecho Internacional Humanitario y de los Derechos Humanos», manifestó el vicepresidente.
Garzón enfatizó: «Si la guerrilla de las Farc realmente quieren un camino de paz lo tienen que demostrar con hechos de paz y no de violencia».
En medio de la campaña electoral en la que está Colombia para las presidenciales del 25 de mayo próximo no han faltado las voces que piden que el Gobierno responda con más contundencia por el asesinato de los policías.
El candidato presidencial del movimiento uribista Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga, pidió este miércoles a Santos que «suspenda de manera de inmediata las negociaciones» pues, en su opinión, «sólo se puede negociar cuando existe verdadera voluntad de paz».
Como las partes también han acordado que nada de lo que ocurra fuera de la mesa de negociación debe afectar el desarrollo de los diálogos, es poco probable que los recientes acontecimientos repercutan en La Habana, pero no se puede descartar que la guerrilla se manifieste sobre el caso de los policías, como lo ha hecho otras veces.
Tampoco se puede descartar que las Farc se pronuncien en este nuevo ciclo sobre el caso del alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, que fue destituido después de que Juan Manuel Santos decidiera no acoger las medidas cautelares impuestas por la CIDH. Las Farc se han referido otras veces a la sanción contra Petro que han considerado «otro grave golpe contra el proceso de paz de La Habana».