martes julio 16 de 2024

Contraplano Matrimonio de poetas no estuvo en riesgo

13 diciembre, 2015 Opinión Orlando Cadavid Correa

Orlando Cadavid Correa

Por Orlando Cadavid Correa

El sabio vasco Alfredo Amestoy, de quien aprendimos los rudimentos iniciales de la mecánica periodística, nos enseñó en su primer libro que “siempre hay noticias hasta debajo de las piedras”.

Para la muestra vamos con esta minúscula piedrecilla: el viernes 4 de diciembre encontramos una curiosa nota que abría la sección “Hace 100 años”, en El Tiempo, correspondiente al mismo día, pero de 1915, sobre un episodio protagonizado, supuestamente, por los consumados poetas colombianos  Julio Flórez, Juan B. Jaramillo y Blanca Isaza, tres figuras cimeras del parnaso criollo.

Para que la pequeña historia le quede clara al lector, transcribimos la información titulada ”Matrimonio de poetas, en riesgo” e ilustrada con una foto de medio perfil del autor de Mis flores negras:

“Según información de Manizales, el poeta Julio Flórez contraerá matrimonio con la poetisa Blanca Isaza. Pero el antiguo novio se ha sulfurado y ataca rudamente el proyecto de enlace por la prensa. Por ello, Julio Flórez ha pedido por telégrafo garantías al Gobernador de Caldas manifestando que si la autoridad no impide nuevas ofensas, dará muerte al ofensor”.

Veamos las siguientes anotaciones acerca de este impreciso registro de 59 palabras:

1) El mandatario caldense (no mencionado por su nombre en la noticia antañona)  era José Ignacio Villegas Jaramillo, quien estuvo en el cargo cuatro años, entre agosto de 1914 y septiembre 1918.

2) Aunque el periódico no cita al bardo natural de Jericó, Juan Bautista Jaramillo Mesa, como el causante de los dolores de cabeza (y del corazón) del poeta de Chiquinquirá, se supone que así sea, pues doña Blanca –poetisa, cuentista y ensayista, oriunda de Abejorral, también en Antioquia— nunca aceptó el noviazgo que le propuso el boyacense en una velada poética aquel día en el que se conocieron en Santa Rosa de Cabal, donde ella residía con su familia que se mudaría luego a Manizales.

3) Si doña Blanca no le dio el sí a la relación, mucho menos se lo habría dado a una propuesta de boda de Flórez o sea que jamás estuvo, ni siquiera en ciernes, lo que El Tiempo llamó hace cien años ”un matrimonio de poetas en riesgo”.

4) Cuando Flórez cayó rendido ante los encantos de doña Blanca, ella ya sostenía una relación epistolar (cartas iban y venían)  con el joven poeta Jaramillo Mesa, el futuro padre de sus trece hijos, nacidos todos en Manizales, en cuya Catedral se casaron el 24 de agosto de 1916 y se establecieron en la capital caldense hasta el final de sus días. La pareja se conoció “en vivo y en directo” en un acto académico en homenaje a Don Miguel de Cervantes, efectuado en el Teatro Olympia. El bardo paisa viajó a caballo desde su natal Jericó hasta la Ciudad del Ruíz, pues no había carreteras. Imperaban las trochas del amor por las breñas antioqueñas y caldenses.

En diálogo con doña Elsie Duque de Ramírez, Aida Jaramillo Isaza recuerda que sus hermanos fueron 12. Dos murieron pequeños: Ofelia, la mayor,  Gloria, la menor. Los demás: Mireya, Olga, Omar, Iván, Floralba, Ramiro, Blanca, Yolanda, Octavio, Ofelia y, obviamente, Aída. Ella insiste en que Julio Flórez, aparentemente, nunca le manifestó su amor a su mamá  y que al que le paró bolas fue a Juan Bautista, a quien le acababan de publicar en La Habana su libro Bronce Latino.

Fruto famoso de esta coalición poética fue la ya desaparecida revista “Manizales”, eminentemente cultural, que tenía circulación cerrada en varios países del continente. Aida mantuvo la publicación hasta cuando se volvió tarea de romanos (especie de misión imposible) su sostenimiento por falta de oxígeno publicitario y de apoyo oficial.  Está visto que la cultura, en Colombia, es huérfana desde su nacimiento hasta la fosa.

La apostilla: Los hechos reales y tangibles demuestran que Don Juan Bautista le ganó la partida a Don Julio por el amor de la bella Blanca y que finalmente el boyacense no le dio muerte a su ofensor paisa, como lo había prometido, supuestamente,  en su mensaje al gobernador de la época, cuando Caldas era un departamento en agraz que apenas tenía diez años de vida político-administrativa.

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