El Plan Paz Colombia versus la situación actual del país
Por: Clara Inés Chaves Romero
Con ocasión de celebrarse los 15 años del Plan Colombia y de continuar con el mismo, pero ahora como el ´Plan Paz Colombia´, el Presidente Juan Manuel Santos viajó a los Estados Unidos en donde logró del Gobierno Estadunidense y de su Presidente un apoyo rotundo y un ofrecimiento de 450 millones de dólares para el apoyo al post’ conflicto y todo lo que esto traerá consigo, es decir como lo menciona la noticia de prensa del día de ayer y de hoy en el diario El Tiempo y otros diarios del país e internacionales’’ los fondos serán destinados a pagar investigaciones públicas, programas de desminado y desmovilización de guerrilleros, y reparaciones a las víctimas, en un viraje al enfoque militarista del ‘Plan Colombia’.’’ ‘’El plan ‘Paz Colombia’ “ayuda a la operativa institucional del postconflicto inmediato”’’.
Lo cierto es que esta guerra que lleva el país con los grupos insurgentes deja un inventario doloroso para el país, y lo peor es que el sector más afectado es y sigue siendo el campo y el medio ambiente, además de la población civil como los indígenas, la comunidad afrocolombiana entre otros; ya que no solo ha causado grandes daños en el ecosistema, sino que se produjo el abandono del campo y el desplazamiento de la comunidad campesina al sector urbano, el desalojo de los indígenas de sus tierras, la miseria de la población afro trayendo como consecuencia la violencia, la prostitución y las drogas entre otros males .
Pero este problema no termina ahí, porque ahora le agregamos el componente de la construcción masiva de condominios en los sectores rurales, lo cual no siempre se hace con responsabilidad social y planeación, sino a unos costos altos para los distintos ecosistemas dejando un gran hueco en el medio ambiente y los peligros de desaparición de los diversos ecosistemas.
Colombia país que, por su condición geográfica y variación de clima, reúne todos los requisitos para que fuéramos una potencia agrícola y poder abastecer no solo el mercado nacional sino el internacional, no lo somos, debido al abandono al que ha estado sometido el sector rural y la violencia que ha vivido a través de su historia, aunado con el nuevo problema de la minería ilegal donde por ejemplo, en el Choco acaba de ocurrir esta semana, la muerte de 30 niños a causa de la contaminación de mercurio que esta produce, lo cual deja todo un panorama desolador.
La nueva versión del ´Plan Colombia 2, o Plan Paz Colombia´ deberá tener en cuenta estos nuevos factores que son producto de la falta de presencia del estado y de gobernabilidad en la que ha vivido algunas regiones del país durante largos periodos de la historia, especialmente en las zonas de frontera, poniendo en estado de vulnerabilidad estas poblaciones y la propia soberanía del país.
Colombia tiene una responsabilidad no solo para con su propio país, sino para con la comunidad internacional en temas del medio ambiente versus el cambio climático, por tener uno de los pulmones del mundo, el cual se ha visto afectado por esta guerra con la Farc.
Si bien es cierto que en sus inicios este plan Colombia fue importante y necesario para el fortalecimiento del estado, de la democracia y de sus instituciones en la lucha contra el narcotráfico y sus males colaterales como el terrorismo, la corrupción, contrabando, surgimiento de organizaciones colaterales, etc.; este plan Colombia para la paz es fundamental no solo para el apoyo en la desmovilización de los grupos mal llamados guerrilleros, ya que jurídicamente este término tiene otra connotación distinta al que se le da ahora al grupo de la FARC en particular, ahondar más en el desminado, estrategias de desarrollo en los municipios más afectados por esta lucha y más abandonados por el Estado, en el fortalecimiento de las instituciones democráticas y en las victimas en general.
Pero si bien hablamos de las instituciones, hay una en especial que deberá reformarse, oxigenarse y sobre todo darle el verdadero espíritu que tiene, por poseer a su cargo la administración de justicia. Es decir, la rama judicial deberá volver a tener la ética y los principios para lo que se creó y eliminar la corrupción y la mediocridad que ella maneja en la mayoría de sus representantes, respetando los principios de celeridad, economía procesal y transparencia, pues últimamente pareciera que ella vulnera más los derechos fundamentales de los conciudadanos y de los más débiles que acuden a ella, que los propios delincuentes, claro con las debidas excepciones que amerita la regla general, y el perdón de los que aún tienen el don de ser verdaderos funcionarios, jueces y magistrados administradores de justicia.
Si bien es cierto la Comunidad Internacional ha sido y es un actor importante en este proceso que ha vivido Colombia a lo largo del Plan Colombia y de los distintos esfuerzos de diálogos de paz que el país vivió en distintas épocas de su historia, también es cierto que es un compromiso de todos los estados tanto productores como consumidores de droga en apoyar a Colombia en su liderazgo de continuar en la lucha de combatir el narcoterrorismo y de seguir adelante los caminos de la paz que tanto anhelamos todos los colombianos.
En este orden de ideas, la comunidad internacional debe de mirar más a Venezuela como un actor que deberá involucrarse más en esta lucha, pues para nadie es un secreto como lo ha venido manifestando las diversas noticias que se conocen a través de los distintos medios de comunicación, que es estos términos de lucha o compromisos contra el contrabando, los grupos ilegales, y el narcotráfico, se raja, quedándose más en la retórica que en la práctica efectiva, y por lo tanto puede ser un elemento que desestabilice.
Lo cierto es que este esfuerzo del Presidente Santos por obtener la paz lo convierte en estadista, y utilizando una frase del importante político británico Winston Churchil. ´El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones.
Evidentemente este proceso de paz no ha sido fácil, pues después de varios intentos ejercidos en el pasado, los colombianos se vuelven escépticos pues es difícil en ocasiones creerles a estos grupos al margen de la ley, que ahora sí, en verdad cumplirán lo que prometen, y no será otro de sus engaños para ganar tiempo y fortalecerse.
Pero volviendo a este gran político y estadista británico que dijo otra de sus múltiples frases célebres, que para el caso que nos ocupa es apropiada: ´´La guerra es una invención de la mente humana, y la mente humana también puede inventar la paz´´
Esta financiación que obtendrá el país de nuestro gran aliado Estados Unidos, será como una gota en el mar, sin dejar de reconocer la importancia de la misma; pues la mayor financiación deberá venir de los propios colombianos y de la Farc, no solo en términos económicos sino de otros ítems. Deberemos todos entonces, hacer un esfuerzo y ponernos la mano en el corazón, comprometernos todos por Colombia, y pensar en hacer una verdadera inversión social, la que es fundamental para quitarle todo peso político y estratégico que los grupos al margen de la ley, o de los que se dicen llamarse guerrilleros pregonan de manera trasnochada.
Estoy segura que el espíritu de este Plan Paz Colombia traerá cosas positivas para el país, si en verdad se pone en práctica su espíritu, y como política de estado tendrá una continuidad sin importar el cambio de gobierno que tendremos en el futuro. Es la hora de ponernos la camiseta de la paz, cerrar filas en torno de nuestro Presidente y entre todos construir una nueva Colombia en paz, y sobre todo para que este grupo de la FARC cumpla sus compromisos adquiridos y no tengamos una Venezuela o Cuba dos en Colombia, que es el temor de la mayoría de los colombianos.
¡¡ En hora buena este ´Plan Paz Colombia´, y bienvenida la paz !!
Profesora universitaria y ex- diplomática