Muere otra leyenda de la radio colombiana, Miguelito Granados Arjona. «EL VIEJO MIKE»
Velación en Los Olivos calle 42 # 14-20 sala 3 Bogotá.
Murió una de las leyendas de la radio colombiana, quien que como nadie sabía de salsa, Miguel Granados Arjona (1929, 2016)
Locutor y Disck Jockey retirado, notable difusor de música antillana (luego llamada Salsa) en Bogotá desde finales de los años 60, con programas como «El Rincón Costeño», «El Show de Miguel Granados Arjona» y «Una hora con La Sonora», en Todelar y Radio K.
Hace unos meses dijo el Diario capitalino El TIEMPO sobre el viejo “Mike”:
Bogotá le debe su amor a la salsa a Miguel Granados Arjona, conocido como el ‘viejo Mike’
Es un personaje de la salsa nacido en Barranquilla (1929) y uno de los que ‘pegaron’ este género en la capital de la República.
No ha perdido la elegancia de su voz. Locutor radial por tres décadas, impulsor de la salsa en Bogotá, una ‘Biblia’ de este género y presentador de eventos, debió dejar de trabajar por los tres infartos cerebrales que sufrió en octubre del 2009.
Su voz todavía es pausada, firme. Los últimos meses no han sido los mejores, sin embargo, la enfermedad no le ha ganado la batalla. ‘El viejo Mike’, como le dicen, es un personaje de la salsa nacido en Barranquilla (1929) y uno de los que ‘pegaron’ la salsa en Bogotá. Cuenta que a su jefe de ese momento, cuyo nombre no recuerda, en Radio Continental de Todelar (1968), no le gustó un disco de salsa que puso en la emisora. Le pareció «fuerte» para los oídos capitalinos. Granados no estuvo de acuerdo y lo interpeló: «Esto es lo que la gente está pidiendo en música».
Sabía de qué estaba hablando. Cuando trabajó en Radio Buenaventura, a principios de la década de los 60, los marinos que llegaban desde Nueva York al puerto sobre el Pacífico traían discos de la Sonora Matancera, Tito Rodríguez y la Riverside.
Y luego, de nuevo en Bogotá, a donde regresó luego de trabajar un tiempo en Cali, empezó a recibir discos de sus amigos de E.U. y Puerto Rico. «En Bogotá, al principio la salsa podía no gustarle a mucha gente, pero fue generando un movimiento que incluyó apertura de discotecas», como Mozambique, de Senén Mosquera, arquero de Millonarios.
Granados desde los micrófonos y Mosquera desde la rumba pagada abrieron este camino «con un lugar muy diferente de aquellos adonde la gente iba, que eran los clubes nocturnos y los cabarets. Esas discotecas de salsa empezaron a proliferar». Con el tiempo, empezó a conocer a los grandes que visitaban a Colombia. Celia Cruz y su esposo Pedro Knight fueron sus amigos. Otro ha sido Rafael Ithier, director de El Gran Combo de Puerto Rico. De la salsa colombiana, dice que hoy en Bogotá, fácilmente, se pueden contar 20 buenas agrupaciones originarias de la ciudad.
‘Mike’ podría hablar de salsa indefinidamente, o recordar cuando su papá encendía la radio desde antes del amanecer en la humilde casa del barrio Rebolo donde se crio con su mamá y sus seis hermanos. En Bogotá, vive desde 1952 y ser tan recordado y querido por los grandes y famosos, hoy ni siquiera tiene una pensión. Vive en un hogar para adultos mayores en el barrio Las Villas, de Bogotá.