jueves julio 18 de 2024

Solución para la guerra es entre todos

01 junio, 2016 Opinión, Política
UNO Y DOS
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Por Augusto León Restrepo
UNO
Se puede estar o no de acuerdo con Alvaro Leyva Durán, pero sería injusto desconocerle su tesón y su permanencia en los temas de la búsqueda del cese de la guerra entre los colombianos. Con Leyva tuvimos algún trato y comunicación por primera y última vez en una Convención de Juventudes Conservadoras que se reunió en Medellín en tiempos ya lejanos, lejanísimos. Tal vez por el año 1961 o 1962. Eramos universitarios e integrantes del Comando de Juventudes Conservadoras de Caldas y lucíamos orgullosos la escarapela como delegados. Allí aparecieron por primera vez en el ámbito insurgente del Partido, nombres como el de Omar Yepes Alzate, Rodrigo Lloreda Caicedo, Hugo Palacios Mejía, Rodrigo Marín Bernal , Alvaro Leyva y algunos otros que luego fueron destacados miembros de las administraciones nacionales y del Congreso de la Repúbica. Taboada Buelvas era como el eterno Director de las Juventudes y bajo su orientación fuimos convocados en varias ocasiones. La pelea era por las presidencias de las comisiones y las dignidades de la Asamblea y desde allí Omar Yepes, a nadaíto de perro, comenzó a ser el estratega exitoso para colocar a sus amigos en los cargos principales. Augusto Trejos Jaramillo, Hugo Palacios Mejía, Hernando Yepes Arcila, el mismo Omar alcanzaron sendas presidencias de diversas comisiones y llevaron nuestra representación con brillantez y reconocimiento. Y si la memoria no me falla, Leyva Durán hizo en las sesiones presentación de un movimiento derechista que se denominaba algo así como Tercera Fuerza, basado en doctrinas que pusieron en circulación Laureano Gómez, Alvaro, su hijo , y Jorge Leyva el padre de Alvaro, quien había sido Ministro de Obras y de guerra  de Laureano y uno de sus seguidores mas leales. El leyvismo se oponía a los gobiernos iniciales del Frente Nacional y en la época era considerado como un movimiento casi fascista, de pura extracción goda, que terminó con la muerte prematura de Jorge Leyva Urdaneta, a los 56 años de edad. Alvaro Leyva, hermano de las consagradas pianistas Pilar e Inés Leyva Durán,  desde muy joven fue llamado a cargos de responsabilidad política. Secretario de la Presidencia en el período de Misael Pastrana, tuvo además éxitos electorales que le permitieron ser Diputado, Representante a la Cámara, Senador y Constituyente en el 91.También fue Ministro de Minas y Energía de Belisario Betancur y candidato renunciante a la Presidencia en el 2010. Pero quizás donde ha sido persistente es en la figuración como gestor de paz, lo que le ocasionó una investigación por parte de la fiscalía, que lo obligó a buscar ser reconocido como exiliado y refugiado político en Costa Rica.Casi que en condición de voluntario, algunas veces atendido y otras rechazado, ha servido de puente entre algunos gobiernos y los subversivos, sin dejar de reconocer su militancia en el Partido Conservador colombiano.Su última actuación como tal la tuvo en la Convención Nacional  de sus copartidarios, en la que presentó su nombre para ser candidato a la presidencia, en un histriónico y deshilvanado discurso, que no convenció a los asistentes quienes decidieron apoyar a Martha Lucía Ramírez,  en el año del 2014. Y Alvaro Leyva es el mismo que ahora propone, con autoridad suficiente, que a la brevedad posible se reunan para conversar sobre el futuro del país, el expresidente  Alvaro Uribe Vélez y el líder de las Farc  Rodrigo Londoño Echeverri o Timoleón Jiménez o Timochenko.
 
DOS
 
A Algunos les ha parecido una locura más de quien muchos han dicho que no está en sus cabales. Otros, como yo, creemos que su iniciativa es audaz, racional, inteligente y de acuerdo con los propósitos que se buscan cuando estamos en puertas de solucionar el conflicto armado que nos inundó de sangre fraterna el territorio nacional durante mas de cincuenta años. A mí me atrae la osadía en asuntos políticos, la imaginación para tratar de hacer posible lo que parece imposible. A Uribe le abonamos en su momento que hubiera buscado a Hugo Cháves Frías y a Piedad Córdoba para que sirvieran de intermediarios con los terroristas de las Farc, en busca de una salida para que cesaran sus actividades bélicas, después de efectivas operaciones militares que menguaron su efectividad, pero que no alcanzaron a extrañarlas en forma definitiva. Y hasta señalar territorios para adelantar diálogos con ellos. Santos, su patrocinado electoral, puso en el asador todo su capital político para jugárselo en un diálogo concreto en La Habana, que no es una entrega de la guerrilla ni la aceptación de su derrota. Leyva ha expresado, en criterio que compartimos, que el pos conflicto, que es lo que sigue para ponerle piso a la paz, es incompleto sin Uribe. Leyva y Uribe se refieren al pos conflicto como a la paz. Yo ni en «la paz de los sepulcros creo». Pero esta frase es una distracción. El hecho es que la solución para la guerra es entre todos. Por eso es que hay apoyar a Leyva en sus utopías y en el sueño de que la paz, si es que llega, es con todos. Uribe ha dicho que sus cartas están abiertas y que quien debe extenderlas en La Habana, es el gobierno. Pero sus cercanos, que pretenden ser mas uribistas que Uribe como el Senador Rangel, insisten en repetir y repetir que la única forma que podrían dialogar es con los subversivos desmovilizados, metidos en la cárcel después de entregar las armas y resarcido los perjuicios que ocasionaron. O sea proponiendo que se retrotraiga lo de La Habana, ciegos y cerreros ante el desarrollo del proceso que nos ha permitido ver un haz de luz al final del túnel, en contravía a los hechos y los logros que tanta labor imponderable han exigido. ¡Ah!, se me olvidaba: necesitamos a otro Leyva o al mismo Alvaro Leyva, para que vaya por la foto del Presidente Santos con el Senador Alvaro Uribe, en diálogo sereno sobre lo que se nos viene, para lograr una verdadera reconciliación nacional. El bus, ya con la ruta anunciada, que debe llegar a La Paz, espera el cupo completo .
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